Robadas diez crías de serpientes venenosas y una tortuga en el zoo
Unos desconocidos robaron en la madrugada del miércoles diez crías de serpientes venenosas de la enfermería del Zoo Aquarium de Madrid, en la Casa de Campo. También se apoderaron de otros siete ofidios no venenosos y una tortuga. Los reptiles venenosos son ocho serpientes de cascabel, una víbora y una serpiente mocasín. Todos medían unos 60 centímetros de longitud y se encontraban recluidos en urnas de cristal (terrarios). El director del zoo, José Ignacio Cobo, cree que el móvil del robo es económico: "Supongo que querrán vender las serpientes, pero les va a ser difícil porque no tienen valor comercial".Los autores del robo rompieron una valla metálica de tres metros de protección, escalaron un edificio de seis metros de altura; desde el tejado saltaron a un patio contiguo a la enfermería, y luego forzaron la cerradura de la puerta de acceso a las instalaciones donde se encontraban las serpientes.
El Zoo Aquarium de Madrid advirtió ayer del peligro que entraña el manejo de estos animales por personas sin experiencia.Los veterinarios del zoo piden que cualquier persona que tenga información sobre el robo o sobre el paradero de las serpientes robadas se ponga en contacto con la policía o con el propio zoo.
Cobo considera que los ladrones no son personas expertas en reptiles. "Al lado de las crías que robaron había ejemplares más valiosos", indicó. Es la primera vez que alguien roba reptiles en el zoo. Hasta ahora, los ladrones se habían limitado a los loros y a otro tipo de aves exóticas.
La víbora es gris con una línea negra en zigzag sobre su lomo y la cabeza triangular. Su mordedura puede ser mortal en 24 horas: produce dolor, decoloración e hinchazón de la parte herida. La mocasín es un ofidio escamoso de color oscuro con dos rayas en la cabeza y la cola blancas. La serpiente de cascabel es inconfundible por la forma de su cola, tiene color amarillento verdoso, con manchas ocres rodeadas de blanco. Es muy venenosa, y se caracteriza por su cascabel, que suena al desplazarse.
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