El PP intenta desactivar en Galicia el grupo independiente surgido de sus filas
El PP de Galicia está tratando de desactivar la plataforma de candidatos independientes surgida de sus filas en la provincia de Pontevedra y constituida el pasado 30 de diciembre por representantes de 25 municipios. Los promotores de esta plataforma, alcaldes o ex alcaldes populares, confían en presentar listas propias en unos 40 ayuntamientos y alterar la composición de la Diputación Provincial, que actualmente hegemoniza el PP. Desde Esquerda Galega se ha descalificado este movimiento por su ideología de extrema derecha.
Uno de los primeros acuerdos adoptados por la asamblea constituyente de esta plataforma de independientes fue precisamente estudiar la presentación de una querella contra Anxo Guerreiro, secretario general de Esquerda de Galicia, por señalar a este grupo de alcaldes y ex alcaldes del PP como el germen de un nuevo partido de extrema derecha, conectado al narcotráfico. "Es una percepción interesante", comentó el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, presidente fundador del PP, a propósito de esa consideración de Guerreiro. Los promotores de la plataforma son o han sido alcaldes por el PP en sus respectivos municipios y, más que plataforma, su movimiento parece un sindicato de cabreados con el partido o, más precisamente, con su secretario general en Galicia, Xosé Cuiña, presidente a su vez del PP en Pontevedra y a quien achacan su apartamiento de las listas de las elecciones municipales de junio.El principal artífice de esta plataforma de independientes es José Castro, alcalde de Ponteareas (18.000 habitantes) desde hace 30 años y franquista desde siempre. Está condenado por el Tribunal Supremo a penas de inhabilitación y tres años de cárcel por sus maneras de hacer política. Ahora estaba dispuesto a dejar la carrera, pero siempre que su hijo le sucediera en la alcaldía.
El PP le ofreció, según el propio Castro, el segundo puesto de la lista y un acomodo en la Diputación para su delfín y, para él mismo, a modo de retiro honroso, coche oficial con chófer, un sueldo de 500.000 pesetas y una asesoría en una gran empresa de Vigo. Castro lo tomó como un desaire familiar. Hizo dimitir a su hija, que era diputada autonómica. Declaró que no aceptaría "ni prebendas, ni puestos, ni asesorías" y agregó: "Quiero seguir paseando por Ponteareas con la cabeza muy alta". A Castro le marea el viaje al centro de Aznar y la renovación en el partido que pretende Cuiña.
En el montaje de la plataforma ha contado desde el primer momento con Avelino Fernández, aparejador municipal en excedencia y alcalde de Nigrán (15.000 habitantes) en el anterior mandato. Fernández menudeó entonces alcaldadas como la de parar la construcción, por ilegal, de un chalé en el que luego instaló él su domicilio, o montar una emisora de radiotelevisión para colocar de director a su cuñado, sin la menor acreditación profesional para el puesto. También fue llamativo el fulgurante éxito de un estudio de arquitectura, localizado en un inmueble del alcalde, por el que pasaron casi todos los proyectos de obra privados que se realizaron en Nigrán durante su mandato. Hasta que dejó de ser alcalde, y el estudio tuvo que cerrar porque desde ese momento no llegó un solo encargo.
Lo más hiriente para Avelino Fernández es, con todo, que Cuiña le haya relegado por José Villar, el actual alcalde de Nigrán. Villar se presentó en 1995 como independiente y gobierna gracias a un pacto con el PSOE, frente al PP de Avelino Fernández, que ganó las elecciones. Ahora Villar será el candidato del PP, pese a que el comité local del partido propuso la candidatura de Avelino. Trescientos afiliados han despedazado sus carnés, el partido entero está roto y hasta su sede local se ubica en un inmueble del ex alcalde, que acusa a Cuiña de condenarle al ostracismo, entre otras cosas "por no consentir actuaciones de su empresa familiar en este municipio".
Los proyectos urbanísticos están en el germen de buena parte de esta guerra municipalista del PP. En otros casos la antorcha la enciende el choque de talantes de sus protagonistas. Suelen ser todos de fuerte carácter. Como los citados o José Luis Rivera Mallo, otra de las cabezas visibles de la plataforma, senador y dos mandatos alcalde de Vilagarcía.
Las "visitas sospechosas"
En el caso del regidor popular de Vilagarcía, José Luis Rivera Mallo, que estaba en el PP desde su fundación como AP, el certificado de su caída en desgracia lo puso el silencio de su partido hace unos meses. Fue cuando él se querelló contra el PSOE por acusarle de recibir en la Autoridad Portuaria que dirige "visitas sospechosas", lo cual en Arousa viene a ser como mentar las relaciones con el narcotráfico. El cuiñismo ya le ha desalojado de los órganos locales del partido.En otro extremo, por su mayor carácter pusilánime, habría que afincar a Amado Ricón, alcalde de Redondela, gracias a una burda moción de censura urdida por el consejero de Cultura de la Xunta, Xesús Pérez Varela, con quien Cuiña mantiene severas diferencias. A cambio de prebendas urbanísticas, dos tránsfugas le dieron a Ricón el bastón de mando como una cruz que ha llenado su mandato de dimisiones y promesas incumplidas. Era el candidato del comité local, pero Cuiña le ha cambiado por el alcalde de un pueblo vecino.
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