Corretja aprovecha su segunda oportunidad
Àlex hizo un gran partido frente a Agassi, pero Moyà fue arrollado por Sampras
La segunda oportunidad redimió a Àlex Corretja. Realizó un partido impresionante frente al estadounidense Andre Agassi en su debut en el Masters, pero todo su esfuerzo pudo perderse cuando dejó escapar las oportunidades que le concedió el norteamericano en la manga inicial. Àlex perdió el primer set, pero después se redimió prosiguiendo su lucha con una entrega absoluta y manteniendo un ritmo y un nivel de juego que en muchas ocasiones desbordó incluso a un pegador de la categoría de Agassi. Corretja ganó el partido cuando se adjudicó la segunda manga. El estadounidense, cuarto mundial, acabó retirándose con problemas en su espalda cuando el marcador señalaba 5-7, 6-3 y 2-1 para el español, que disponía de servicio.La victoria de Corretja deja intactas las posibilidades de los dos españoles de clasificarse para las semifinales del Masters. Moyà perdió ayer su primer partido ante un Pete Sampras que no le concedió ni siquiera una oportunidad. Cayó en una hora y dos minutos derrotado por un doble 6-3. Pero era un resultado que entraba en las previsiones. Con una victoria en el zurrón, tanto Moyà como Corretja necesitan ganar al menos otro partido en la fase clasificatoria para cubrir su primer objetivo y entrar en la penúltima ronda. Hoy, Corretja se enfrentará al británico Tim Henman (14.00), mientras que Marcelo Ríos sabrá esta mañana si debe jugar contra Andre Agassi -que ayer no confirmó su retirada- o frente al suplente, el británico Greg Rusedski. La jornada se cerrará con el tercer partido de Sampras, esta vez ante Karol Kucera. Un nuevo abandono -Ríos ya tuvo molestias en su primer partido- daría entrada en el torneo al español Albert Costa, contactado ya por la organización.
Lo que hizo ayer Corretja en Hannover no está al alcance de muchos jugadores. Con golpes potentes y ajustados y un servicio demoledor fue manteniendo a raya a un tenista tan explosivo como Agassi. El norteamericano no es de los que permiten que otro le marque el ritmo. Al contrario, posee un drive y un revés que son pura dinamita y con ellos va abriendo ángulos hasta desbordar a sus rivales.
Así planteó ayer el partido. Pero se encontró con una resistencia que no esperaba. El español, que hace menos de un mes ganó en Lyón su primer título en pistas cubiertas, jugó al límite de sus posibilidades desde la primera bola, y no sólo aguantó el ritmo de juego de Agassi, sino que lo marcó en muchas ocasiones. Llevó al estadounidense de cabeza, dispuso de dos bolas para romperle el saque en el quinto juego, y tuvo otras dos oportunidades para cambiar el curso de la manga. La primera se produjo cuando con 5-4 y 30-30 Àlex realizó un resto profundo y subió disparado hacia la red, pero falló un smash de revés relativamente fácil que le hubiera colocado en set-ball. La segunda, fue una bola de rotura en el decimosegundo juego que no supo aprovechar y que le hubiera permitido forzar el desempate.
Sólo en aquellos momentos que estaban decidiendo el set Agassi, con 28 años el más veterano del Masters, sacó partido de su experiencia. Àlex no aprovechó su oportunidad, lo que pudo hundirle y pudo convertirse en decisivo. Los grandes jugadores no suelen ofrecer segundas ocasiones. Pero esta vez Àlex la buscó y la encontró. Salvó la única bola de break que tuvo Agassi en el segundo set (para situarse con 4-3 y saque) y de inmediato le arrebató el servicio y remató la manga con un ace en el juego siguiente. Allí acabó realmente el partido. Hasta entonces, Agassi no había acusado los espasmos musculares en la espalda. A partir de ahí sus dolores se transformaron en irresolubles. "No vale la pena proseguir con mi agonía", le dijo a Àlex. Y se fue.
A Carles Moyà no le sirvió ayer de nada toda la evolución que ha demostrado en su juego desde el año pasado. Le sirvió en la jornada inicial para lograr su primera victoria frente al eslovaco Karol Kucera. Pero ante Sampras, no le bastó. El estadounidense está luchando aquí para asegurarse el liderato del tenis mundial y convertirse en el único tenista de la historia que ha reinado seis años consecutivos. Y su motivación es especial. Su juego no tiene fisuras y, de la misma forma que no tiene ningún carisma fuera, dentro de la pista resulta sublime. "Cuando juega así es imposible acercarse a él", comentó Moyà, que hoy tendrá jornada de descanso.
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