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La Moncloa teme que el cambio de interlocutor deteriore las relaciones con los socialistas

Luis R. Aizpeolea

El jefe del Gobierno, José María Aznar, ha manifestado su interés por estabilizar su relaciones con el PSOE. No obstante, la decisión del Comité Federal socialista de que sea José Borrell el interlocutor no provoca ningún entusiasmo ni en el Ejecutivo ni en el PP. En el Gobierno se piensa que con Borrell será más difícil la comunicación con el PSOE, que había quedado encauzada entre Aznar y Almunia tras su última reunión, hace dos meses. La intención de Borrell es reunirse próximamente con Aznar. Aunque aún no existe fecha, fuentes socialistas dan por hecho que la cita en La Moncloa se celebrará antes de Navidades. De celebrarse, se abordaría como tema básico la tregua de ETA.

José Borrell será el tercer interlocutor socialista de José María Aznar desde que empezó a gobernar en mayo de 1996. La Moncloa ha asumido "respetuosamente" la elección de Borrell por el órgano más representativo del PSOE, según sus declaraciones oficiales, como la que realizó Aznar en La Rochelle (Francia) el pasado fin de semana.No obstante, fuentes gubernamentales y del PP creen que la elección de Borrell como interlocutor dificultará la comunicación del Ejecutivo con los socialistas, precisamente cuando dichas relaciones se habían encauzado, al menos aparentemente, al regreso del verano. Los dos primeros años de Gobierno del PP se habían caracterizado por las relaciones tormentosas con el PSOE, en una estrategia calculada de crispación política, cuyo protagonismo mantuvieron el vicepresidente primero, Francisco Álvarez Cascos, y el entonces secretario de Comunicación, Miguel Ángel Rodríguez.

Al regreso del verano, y tras el anuncio de la tregua de ETA, Aznar buscó una sólida interlocución con el secretario general socialista, Joaquín Almunia, para concertar la nueva política antiterrorista ante la complejidad y delicadeza del escenario político. Tras algunos rifirrafes, las relaciones entre Aznar y Almunia se estabilizaron en el último encuentro que mantuvieron en La Moncloa, a primeros de octubre, y en el que concertaron la política a seguir ante la tregua de la organización terrorista. En dicha reunión también establecieron unos cauces permanentes de comunicación.

Trato "difícil"

El cambio de interlocución de Almunia por Borrell preocupa, según fuentes del Gobierno y del PP, por el "trato difícil" del candidato socialista. "Almunia es una persona asequible y que inspira cierta confianza, pero no sucede lo mismo con José Borrell. Es una persona de trato más difícil", señalan las fuentes citadas. También creen que Borrell, en contraste con Almunia, tiene necesidad de cuidar su imagen pública al ser precisamente el candidato que tratará de batir a Aznar en las próximas elecciones generales, lo que contribuirá a tensar las relaciones entre Moncloa y Ferraz.Asimismo, desde el Gobierno del PP se mantiene la misma imagen de Borrell que reflejó cuando fue elegido candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, el pasado abril, la de "un doctrinario y un dogmático". El ministro de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy, describió a Borrell, en abril, como un "político muy proclive a las subidas de impuestos. Durante su mandato como secretario de Estado de Hacienda se produjeron las mayores subidas de impuestos en España".

También se recordó su trayectoria como "político intervencionista", con la "puesta en marcha de planes faraónicos", como ministro de Obras Públicas y Transportes; su respaldo a "políticas socialdemócratas dogmáticas, alejadas de la tercera vía que defiende el primer ministro británico laborista, Tony Blair".

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Desde el Ejecutivo y el PP se entiende que "Borrell tiene que partir de la izquierda para ir ganando el centro, como hicieron Fraga y Aznar, que arrancaron desde la derecha (Alianza Popular) para, de forma progresiva, situarse en el centro político". Por todas estas razones, creen desde el Ejecutivo y el PP que las relaciones entre Aznar y Borrell serán difíciles.

No obstante, fuentes de los populares confían en que estas dificultades no lleguen a afectar, al menos, a la buena comunicación que habían establecido con los socialistas en política antiterrorista, donde además de la conexión entre Aznar y el anterior interlocutor socialista se había establecido una comunicación permanente entre el secretario de Comunicación del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y los representantes de las áreas de Comunicación e Interior del Ejecutivo.

Precisamente, la tregua de ETA y la política antiterrorista serán los temas principales del primer encuentro entre Aznar y Borrell, que se celebrará, según fuentes socialistas, antes de las Navidades.

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