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Un experto en el crimen organizado aboga por favorecer a los"arrepentidos"

"Tardaremos décadas, e incluso siglos, en deshacernos del crimen organizado, pero lo que sí se puede es hacerle la vida imposible, con medidas jurídicas, políticas y económicas que protejan a los arrepentidos e impidan el blanqueo el dinero". De esta manera realista resumió ayer el experto policial del Consejo de Europa en la lucha contra la delincuencia económica Peter Csanka la situación de las bandas organizadas en el continente: desde la famosa Cosa Nostra siciliana a las nuevas mafias rusas o turcas. Peter Csanka participó en el seminario sobre la delincuencia organizada celebrado en la Academia de la Ertzainzta en Arkaute. El experto destacó el inmenso poder al que pueden llegar estas bandas: se calcula que sus distintas actividades mueven anualmente unos 600.000 millones de dólares (unos 86 billones de pesetas), cantidad superior al producto interior bruto de muchos países europeos, entre ellos España. "El riesgo real del crimen organizado es que puede llegar a corromper la economía legal, como ocurre en la Federación rusa, donde se estima que la mafia controla el 60% de los bancos", explicó Peter Csanka a los policías y expertos que asisten al seminario. Hasta 6.000 miembros Pero para poder hablar de este fenómeno lo primero es la definición. Para Csanka, un grupo de crimen organizado ha de estar formado por más de dos personas, que cometan delitos de cierta entidad con el objetivo de lograr poder económico o político. Estas bandas pueden llegar a tener hasta 6.000 miembros, como se especula que forman parte de los 180 grupos de la Cosa Nostra o los 150 de la Camorra napolitana. Su dedicación es el tráfico de drogas, el fraude organizado (del 1 al 5% de los presupuestos de la Unión Europea desaparece a través del fraude, 800.000 millones de francos franceses, es decir, 20 billones de pesetas) y el comercio ilegal de personas y objetos. Así, el coste para una persona que quiera llegar desde Afganistán hasta el mercado negro de trabajo francés es de 20.000 dólares (casi tres millones de pesetas). Pero después de ganar estas ingentes cantidades, los grupos organizados tienen que dedicarse a hacer legal ese dinero ilegal, lo que se conoce como blanqueo de dinero. Peter Csanka no quiso dar nombres ayer, pero sí dijo que en todos los países europeos hay bancos que participan en estas actividades. Hay constancia de que Luxemburgo, Mónaco o Irlanda son algunos de los más frecuentados por las mafias, así como las pequeñas islas británicas de Man o Jersey, en el Canal de la Mancha. Según este experto europeo, es en este ámbito donde hay que reforzar el control para acabar con los grupos organizados, así como en la protección de los arrepentidos, una medida que comenzó a aplicarse en Italia y por cuya extensión al resto de los países europeos abogó, a pesar de su alto coste.

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