Aznar condiciona el traslado de presos de ETA a la paz definitiva

El Gobierno está dispuesto a flexibilizar la política penitenciaria y a trasladar a presos de ETA a cárceles cercanas a sus domicilios, tal y como se sugiere en la moción aprobada el martes por unanimidad en el Congreso. Pero sólo cuando la banda terrorista dé pruebas de que abandona las armas de forma definitiva. Así lo afirmó ayer el ministro Portavoz, Josep Piqué, quien recalcó que la resolución parlamentaria no compromete al Gobierno a realizar excarcelaciones masivas ni, mucho menos, a plantearse una amnistía, expresamente prohibida por la Constitución.

La petición de una amnistía para los presos etarras había sido exigida por Herri Batasuna en la gira por capitales europeas que algunos de sus dirigentes están realizando para recabar apoyo internacional a sus posiciones en el proceso de paz. El PNV, por su parte, pretende que el Gobierno proceda al traslado de los presos de ETA antes de las fiestas de Navidad, en cumplimiento de la resolución aprobada el martes por el Pleno del Congreso. Ninguno de esos planteamientos entran en los planes del presidente del Gobierno, José María Aznar. Piqué fue ayer tajante al respecto: "No estamos ante un proceso de paz , sino simplemente ante una tregua de ETA". Para que el proceso de paz se inicie es imprescindible, en opinión del Ejecutivo, que ETA dé constancia de que el abandono de la violencia no es coyuntural. A partir de ese momento, el Gobierno iniciaría la "flexibilización de la política penitenciaria", recogida en la resolución parlamentaria y en la declaración pública que sobre la tregua de ETA realizó el presidente del Gobierno el pasado 2 de octubre. El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell, acusó ayer a José María Aznar de haber dinamitado el Pacto de Ajuria Enea por la política antiterrorista "demagoga, radicalista y populista" que el Partido Popular desarrolló desde la oposición.