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Entrevista:

"Tenemos que hacer nuestro propio cine, no el de los colonizadores"

Balufu Bakupa, director de cine, nació en la actual República del Congo hace 41 años. Sin embargo, pronto hizo del mundo su territorio. Educado en Bélgica y Estados Unidos, reside en París. Ese cosmopolitismo le permite pasar del francés al inglés sin que en sus palabras se pierda un ápice de la pasión por lo que él llama siempre "mi trabajo": el cine. Invitado en las jornadas que la Comisión Española de Ayuda al Refugiado ha celebrado en Bilbao asegura que una buena historia carece de fronteras. Pregunta. El cine africano es el gran desconocido. Pero, ¿es posible hablar de un cine africano en un continente tan complejo como África? Respuesta. África se extiende desde Gibraltar hasta Ciudad El Cabo. Hay desiertos, selva y ciudades. El paisaje y la arquitectura van conformando la personalidad de las gentes y también la del cine que se hace. Mi generación salió fuera de África y cuando volvió, llevó consigo lo que había asimilado en otros países. El cine que yo hago es un cine de individuos, poético, artístico. Almodóvar es español pero hace su propio cine, no todo el cine en España es igual. Lo mismo ocurre en África. P. El poco cine africano que se conoce muestra, con perdón, a un pueblo salvaje. R. Así es. Hasta los años sesenta, sobre todo, los colonizadores empiezan a colocar sus cámaras frente a los pueblos de África, a los que consideran salvajes y lo muestran a Europa. "Miren señores, esto es lo que hemos hecho con esos salvajes. Les estamos civilizando", parecían decir. Querían demostrar que eran superiores. Es la primera utilización en África de la cámara y lo fue para hacer propaganda. P. ¿Hay medios para hacer cine en África? R. Es complicado pero uno siempre tiene que hacer su propia historia y no dejarla en manos de otros. Los africanos tenemos que hacer nuestro propio cine para no dar el punto de vista de los vencedores. P. ¿Qué tipo de cine sueña usted con lograr hacer? R. Mi generación ha sido conflictiva con el poder. Por eso tratamos de hacer un cine comprometido, artístico y práctico, pero también poético y artístico. Yo quiero contar lo que les pasa a los individuos. Sus historias. El individuo frente a la sociedad y frente a su futuro. No me interesa hablar de las historias de manera superflua, sino en profundidad. Lo que me importa escontar como veo yo las cosas porque nadie en el mundo las va a ver como yo lo hago. Quizá sea un cine malo, pero es mío [se ríe a carcajadas]. P. ¿Le gustaría narrar lo que pasa en su país? Guerras, poder, hambre... R. Más adelante sí lo hare. Pero ahora no hay nadie que financie el cine. Si te dan dinero es para que hagas el cine que ellos quieren y yo eso no lo acepto. El mundo es un gran territorio y una buena historia se entiende en cualquier lugar.

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