Remar en el paralelo 60

El segundo paso está a punto de cerrarse. La expedición vasca Iru Pausu, Iru Norabide se encuentra a apenas dos semanas de finalizar el periplo que les llevará en kayak (piragua de mar) por las tres capitales escandinavas. Los cuatro expedicionarios partieron el pasado 17 de septiembre desde Oslo, capital de Noruega, con la intención de alcanzar Helsinki en Finlandia antes de que finalice el presente mes de noviembre. Josu Iztueta, Mikel Troitiño, Ane Miralles y Markox Sistiaga son los protagonistas encargados de llevar a buen término el segundo de los tres viajes de aventura programados. Tras cruzar la península escandinava desde el sur hasta el Cabo Norte en una travesía de esquí sin apenas contratiempos, llegaba el momento de embarcarse en cuatro pequeños kayaks con los que unir por mar las tres capitales situadas sobre el paralelo 60. El Fram Museum de Oslo fue el lugar elegido para la partida. Allí se recogen todas las andaduras de aquel gran marino, explorador y aventurero que fue Amundsen, incluido el barco Fram, que da nombre al museo, con el que surcó durante muchos inviernos las heladas regiones polares. Viento y hielo Los primeros kilómetros discurren en la bahía de Oslo para, desde allí, ir adentrándose poco a poco en las frías aguas del Atlántico Norte. "Al principio disfrutamos de una climatología benigna hasta la llegada a Goteborg", recuerda Josu Iztueta, desde el interior de la cabaña que les permite burlar la intemperie de las gélidas noches del norte de Europa. "Sin embargo, a partir de ese momento, y coincidiendo con el paso del Gota Canal, una vía de agua que recorre todo el sur de Suecia por su interior, comenzó a aparecer el hielo y el viento", destaca. Un viento que se ha convertido en desagradable compañero de viaje y que durante los últimos 15 días en pleno mar Báltico se ha mostrado como el principal enemigo de los expedicionarios. " Ha habido ya varias ocasiones en que la fuerza con que soplaba nos ha obligado a volver a tierra para evitar percances", asegura Iztueta. Después de superar los 400 kilómetros del famoso Gota Canal y ascender por el Báltico otros 150, los cuatro piragüistas alcanzaron Estocolmo. Habían sido necesarias siete semanas de navegación, alguna que otra tormenta y muchos buenos ratos: "La verdad es que la experiencia está resultando positiva. Los peores momentos se difuminan y acabas quedándote sólo con lo mejor en la mente", asegura Iztueta. Los cuatro aventureros se levantan con el sol para preparar el material y comenzar el trayecto previsto. "Cubrir unos 25 o 30 kilómetros cada día exige no menos de cinco horas de remar sin paradas, entre otras cosas, porque hay que aprovechar las pocas horas de sol disponibles", asegura Josu Iztueta. "Además hay que estar en el agua únicamente lo necesario pues la temperatura ronda los cero grados centígrados, lo que unido al viento hace muy complicado mantenerse en buenas condiciones físicas día tras día. Ahora mismo, todos tenemos ya pequeñas tendinitis en los dedos". Los cuatro viajeros acaban de partir de Korpo, la última de las islas del archipiélago Aland, para dirigirse primero hacia Turku y alcanzar más tarde Helsinki, cerrando el largo periplo por el gran norte con sus, cada vez, más frías aguas. Mientras tanto, continúan realizando un arduo trabajo intercalado por contínuos reconocimientos médicos y el contacto con todas las personas con las que puedan relacionarse.