Simplemente, los mejores
Woking es el cuartel general del grupo TAG McLaren, la escudería del flamante campeón del mundo de fórmula 1, Mikka Hakkinen. Estos días bulle de emoción y orgullo por haber conseguido volver a ser campeones. Ron Dennis, el factótum del imperio McLaren, lo explica muy clarito: "Aquí sólo cuenta ser simplemente el mejor". Dennis ha vuelto a demostrar el poderío de su organización tras su violenta ruptura con Honda. Los japoneses se volvieron demasiado orgullosos, creyeron que sus motores lo eran todo, y no era así. Ahora TAG McLaren, asociada a los motores Mercedes Benz, lo ha vuelto a demostrar "Somos simplemente los mejores", en palabras de Ron Dennis.El británico Dennis estaba muy cuestionado y algunos lo veían como una pieza de museo ligada al glorioso pasado de Denny Hulme o de Ayrton Senna; sin embargo, ha demostrado con el frío escandinavo Hakkinen que tiene una plaza en el futuro. "La clave es confianza, herramientas y dejar que cada uno haga su trabajo con confianza y sin injerencias. Eso sí, dejando claro que quedar segundo no sirve de nada", explica el doctor Udo Zucker, el genio digital del grupo TAG McLaren.
Esta empresa surte de informática y sistemas a un tercio de las escuderías de la F-1: Williams, Jordan, Peugeot; por supuesto, no a Ferrari. En Woking, a una veintena de kilómetros de Londres, en un parque de empresas rodeado de vacas y caballos, los ingenieros de TAG McLaren Electronic Systems se rompen la cabeza con unos diseños de sistemas electrónicos que siguen en milisegundos el funcionamiento de los bólidos: "Nuestro diagnosticador de alta tecnología permite trabajar muy rápido". Con menos entusiasmo reconocen que cuesta unos 15 millones de pesetas. Cacahuetes si hablamos de microcontroladores de procesos.
La juventud y el entusiasmo de los hombres de la electrónica de McLaren se mantienen en la sección de los mecanizados y de la fibra de carbono. Allí, entre titanio y aleaciones especiales de aluminio, se mecanizan soportes, tiradores, cambios, carrocería... Las vitrinas muestran estas obras de arte (cuya fotografía está prohibida por aquello del espionaje) y junto a ellas el número de horas de trabajo que requieren. "Para el Gran Premio de Japón, que dio el campeonato al finlandés Hakkinen, llevamos cinco coches diferentes", afirma uno de los ingenieros responsables del montaje de unos vehículos que, a pesar de ser el orgullo de la técnica, aguantan unos 500 kilómetros antes de ser ilustre chatarra no válida para la competición.
En el suelo, ni una gota de aceite. Los chips de silicio se encajan con tecnología, y los mecanizados parecen funcionar solos como una orquesta. Todos piensan ya en el F-1 base de McLaren para el próximo año. "Es fundamental el diseño de inicio de temporada, luego puedes mejorar hasta un 10%, pero poco más".
Los soportes aerodinámicos de fibra de carbono de la carrocería se hacen a mano, superponiendo capas de este material, como si fueran pieles de cebolla. Ocho, 15, 20 horas de trabajo según el caso. Tanta tecnología contrasta con las mesas de trabajo llenas de mallos, sopletes y pinzas en las que se le da al conjunto el imprescindible toque humano. El complemento justo a los 260 ingenieros, diseñadores y técnicos que hacen funcionar el programa de F-1 de Dennis, especialmente por lo que se refiere a los colectores de escape, auténticas maravillas refulgentes en las que unos empleados de mucha más edad que la media ponen a prueba su maestría con el martillo y el soplete y retuercen los brillantes tubos. Aquí se ven brazos más fuertes y tatuados, es el punto de la vieja industria del automóvil. Eso y un tablón de madera que, apilado junto a los chasis de carbono, sirve para comprobar la altura sobre el suelo del bólido.
La alianza TAG McLaren- Mercedes está bien trabada aunque el monstruo alemán intente la adquisición del grupo tecnológico inglés. TAG McLaren comenzó su andadura digital cuando el sirio Mansour Ojjeh, propietario de TAG Heuer, fusionó la firma relojera con la escudería de Ron Dennis. Ahora fabrican, entre otras cosas, las válvulas de los Mercedes y muchos paquetes electrónicos de Peugeot y otras marcas. "El mundo de la F-1 es muy complejo. Mire, por ejemplo, Good Year. Un neumático de Schumacher reventó y en Alemania se ven coches con un rótulo que dice: "Gracias, Good Year. Firmado: Michael Schumacher". Todo esto es muy duro", explica el doctor Zucker.
Mikka Hakkinen vive ahora perseguido por decenas de cámaras de televisión pendientes de sus parcas palabras. Su mujer, Erja Honkonen, capitaliza mejor que él su éxito y realiza una serie para la televisión finlandesa sobre los lugares que ha podido conocer gracias a los éxitos del campeón. El rubio reservado es sin duda el menos héroe de los héroes, ya que para la escudería inglesa se trata del éxito de Mikka y David. El escocés David Coulthard, segundo de Hakkinen, es el gran beneficiado de la timidez del finlandés. No hay nada como jugar en casa.
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