Protestas en Galicia contra el montaje en castellano de Valle

Santiago de Compostela se llenará hoy de la palabra luminosa y corrosiva de Ramón María del Valle-Inclán, aunque en esta ocasión convertida en arma arrojadiza de una polémica que ha dividido a la intelectualidad gallega. Mientras el Centro Dramático Galego (CDG) estrena, por vez primera en su historia, un montaje en castellano, compuesto por cuatro obras del célebre manco de Arousa, a muy pocos metros escritores y actores leerán en público fragmentos de las mismas piezas traducidos al gallego.

La tempestad se desató la pasada primavera cuando el CDG, organismo que depende de la Admi...

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Santiago de Compostela se llenará hoy de la palabra luminosa y corrosiva de Ramón María del Valle-Inclán, aunque en esta ocasión convertida en arma arrojadiza de una polémica que ha dividido a la intelectualidad gallega. Mientras el Centro Dramático Galego (CDG) estrena, por vez primera en su historia, un montaje en castellano, compuesto por cuatro obras del célebre manco de Arousa, a muy pocos metros escritores y actores leerán en público fragmentos de las mismas piezas traducidos al gallego.

La tempestad se desató la pasada primavera cuando el CDG, organismo que depende de la Administración autónomica, decidió sufragar la producción de cuatro obras de Valle ambientadas en Galicia: Las galas del difunto, La cabeza del bautista, Ligazón y El embrujado. El montaje respetará el idioma de los textos originales, entre otras razones porque los herederos del inventor del esperpento se oponen taxativamente a su traducción al gallego. Un importante grupo de intelectuales suscribió entonces un escrito de protesta, ya que entendían que se estaba vulnerando uno de los principios fundacionales del CDG, creado para promover el teatro en lengua gallega.

Cuatro horas

El costoso montaje, de cuatro horas y media de duración y que a partir de diciembre será representado también en Madrid y Barcelona, se estrena hoy en el teatro Principal de Santiago. A muy pocos metros, en el casino de la ciudad, un local muy frecuentado por Valle en su época, la Mesa por la Normalización Lingüística (MNL) celebrará un acto alternativo que desafiará el veto de la familia Valle. Durante cinco horas se leerán fragmentos de las cuatro obras traducidos al gallego por filólogos o escritores como Manuel Rivas, Xosé Luis Méndez Ferrín o Manuel Lourenzo, último premio Nacional de literatura dramática y uno de los más acérrimos detractores de la iniciativa del CDG. Frente a esa protesta, el consejero de Cultura de la Xunta, Jesús Pérez Varela, trató ayer de refugiarse en la ironía. "El morbo que se ha suscitado en torno a la obra es una garantía de éxito. Les doy las gracias a todos los que la han criticado. Lo importante es que se hable del teatro, aunque sea bien". "Lo diré por última vez", agregó el consejero, "ésta es una excepción a la regla general de que el CDG sólo produce obras en lengua gallega".

Los directores de las cuatro piezas son los gallegos Manuel Guede -responsable del CDG- y Eduardo Alonso, la vasca Elena Pimienta -elegida por el Centro Dramático Nacional, que colabora en la producción- y el portugués José Martíns. "Éste es el proyecto más importante que se ha hecho nunca en Galicia", aseguró su coordinador artístico, Antonio Simón, "de una trascendencia fundamental para el futuro del teatro gallego porque nos va a abrir muchas puertas hacia el exterior".

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