Inglaterra y Alemania rozan la desesperación

La segunda jornada de la clasificación para la Eurocopa del 2000 hizo presa en dos selecciones convalecientes tras un irregular paso por el Mundial. Dos potencias que ayer tropezaron por enésima vez en lo que va de temporada y que ya rozan la desesperación. Inglaterra empató con Bulgaria (0-0), y comprometió su participación en la fase final del campeonato europeo.La selección de Alemania cayó frente a Turquía (1-0) y no resuelve una crisis galopante que se ha cobrado a un técnico -Berti Vogts- y a la vieja guardia que conquistó el Mundial de 1990. Los germanos son los últimos de su grupo y no han cosechado ningún punto.

"Hoddle-Crisis", tituló el Sunday Times. "Inglaterra está en desgracia", estampó el News of the World. Desde su dramática despedida del Mundial de Francia ante Argentina, la selección inglesa no sale del túnel. El seleccionador, Glenn Hoddle, marcha hacia una destitución que parece inexorable tras retirarse a los vestuarios de Wembley. Se fue bajo los abucheos de protesta de 72.000 ingleses cansados del proyecto de un entrenador cada vez más paranoico y ensimismado.

La desgracia se reprodujo para Alemania en Turquía. "Los jugadores turcos pusieron de rodillas a un gigante del fútbol", publicó ayer el diario turco Huriyet. Alemania estrenó once inicial y entrenador. El nuevo técnico, Erich Ribbeck, dijo que toda la culpa la había tenido un gol de mala fortuna, marcado por Sukur de cabeza tras chocar con el líbero alemán Nowotny. "Lo más justo hubiera sido un empate", se lamentó Ribbeck.

Francia, Croacia y Escocia, por su parte, reaccionaron a un comienzo dubitativo en la Eurocopa. Francia se impuso a Rusia (2-3), Croacia goleó a Malta (1-4), y Escocia resucitó tras la fase más pobre de su historia -nueve partidos sin ganar- al derrotar a Estonia (3-2). Gales dio la sorpresa al batir a Dinamarca por 1-2 en Copenhague.

Italia es la única potencia del fútbol europeo al frente de su grupo. El nuevo proyecto de Zoff se consolidó al derrotar a Suiza 2-1. Los tantos fueron obra de Del Piero, que firmó una noche espectacular para poner fin a una etapa oscura en su carrera que comenzó cuando cayó lesionado en la final de la Liga de Campeones. Luego llegó mermado al Mundial y fue llamado a declarar ante la justicia tras ser acusado de dopaje por el técnico del Roma, Zdenek Zeman. El sábado, tras el partido, dijo comenzar una nueva etapa: "Espero que este sea el comienzo".