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Entrevista:JULIO BOCCABAILARÍN Y COREÓGRAFO

"Lo más importante para bailar es el corazón"

El Ballet Argentino de Julio Bocca ofrece hoy la primera de las tres funciones que tiene contratadas en el Teatro Arriaga de Bilbao. Tras dieciséis años de trabajo incansable, Bocca ha logrado uno de sus objetivos: que la compañía que fundó hace ocho sea reconocida en los grandes escenarios del mundo. Pregunta. El programa que presenta esta noche abarca diferentes estilos: clásico, neoclásico y contemporáneo. ¿Se siente obligado a presentar repertorio clásico? Respuesta. En parte, sí. Los productores suelen elegir el programa y siempre quieren algo clásico. Pero con mi compañía hago sobre todo creaciones nuevas. Creo que es la única forma de poder crecer como artista. Que la compañía pueda trabajar con el coreógrafo enriquece mucho. Presento cuatro o cinco coreografías al año. Lo clásico lo dejo para el American Ballet, que es donde se puede hacer con orquesta y con decorados, como tiene que ser. P. El tango es una constante en sus programaciones. ¿Es cuestión de marketing o es por gusto? R. Ambas cosas. Me gusta la música de tango, sentirlo y bailarlo. Pero, por otro lado, es un estilo que en todas partes gusta o, al menos, es conocido. P. La última vez que visitó Bilbao, hace dos años, afirmó recibir poca ayuda de las instituciones. ¿Ha cambiado esto en este período? R. Por suerte, sí. [El Ministerio argentino de] Cultura está pagando los sueldos de los bailarines y es un gran alivio. Además, estamos negociando un patrocinador para Argentina, con lo que podremos seguir con producciones nuevas. Pero no hay un gran sponsor garantizado todos los años para pagar viajes, dietas, etc. Esto sigue saliendo de mi bolsillo. P. ¿Cuál es la mejor fórmula de gestión para una compañía: la privada o la institucional? R. Lo mejor sería una mezcla de ambas. Lo bueno de lo privado es que hay que estar siempre en forma; si un bailarín no crece de la forma esperada, se le dice adiós. Por otro lado, tener una seguridad cuando te retiras también es bueno. Pero esto puede hacer que te acomodes. En esta carrera hay que estar siempre al máximo; si no, no la elijas. Te tiene que gustar. No se es bailarín por dinero. P. Creó su compañía "para demostrar los grandes talentos que hay en el país". ¿El que sea condición imprescindible ser argentino no choca con que usted lleve tantos años en el American Ballet Theatre de Nueva York? R. En parte sí pero el American siempre se ha distinguido por ser internacional, por la variedad de estilos y de bailarines principales: Alicia Alonso, Makarova, Barichnikov, etc. Por otro lado, está en un país con unas estructuras que permiten trabajar. Frente a esto, en Argentina sólo tenemos el Ballet Argentino o la compañía del Teatro Colón de Buenos Aires. P. ¿Cuál es el balance de sus ocho años con su compañía? R. Estoy contento. En estos años la compañía ha cambiado muchísimo. Se ven los resultados del sacrificio y la inversión económica. Para mí es una gran satisfacción ver cómo nos están recibiendo en todas partes, pero sobre todo en Nueva York, porque de lo que allí se diga depende un poco cómo se verá en el resto del mundo. Y hasta ahora las críticas han sido buenas. P. En alguna ocasión ha criticado en los bailarines la búsqueda de virtuosismo técnico en detrimento del arte. ¿Se ha superado esto? R. Me refiero sobre todo a los bailarines principales. Creo que todavía se da. No veo que haya figuras como Nureyev o Barishnikov que entraban en el escenario y lo llenaban. Tenían personalidad, que es algo más que hacer diez piruetas. Hoy en día se pueden hacer quince o veinte pero falta lo que es el arte, buscar el personaje. El bailarín está preocupado por mejorar la técnica. Sin embargo, no creo que la gente quiera ver sólo eso. Lo maravilloso es lograr unir ambas cosas. P. En un primer momento buscaba "obtener una posición"; más tarde, "disfrutar con lo conseguido". ¿Qué busca ahora? R. He conseguido disfrutar con lo que hago, que es un paso muy difícil. Estar en el escenario y olvidarme de todo, disfrutar bailando. Y a partir de ahora, lo que venga, hacer cosas nuevas. Filmé con Carlos Saura Tango y me fascinó; quiero intentar seguir trabajando como actor. En mi carrera de bailarín empecé por la puerta grande y en este otro campo me gustaría seguir la misma pauta, trabajando con buenos directores. Sería genial filmar con Almodóvar o Spielberg. P. ¿Qué es más importante para bailar el cuerpo, la cabeza o le corazón? R. Va todo unido pero lo importante es el corazón. La danza forma parte de la vida. Cuando hago personajes en los ballets quiero meterme realmente en ellos, hacer algo más que la mímica. Quizá por eso me gustan los que conllevan algo más, como Romeo o Lescaux, de Manon. P. Sigue con su idea de retirarse a los 40? R. Sí, si llego a los 40, porque llevo ya cinco operaciones de rodilla, costillas rotas, etc. El cuerpo va notándolo. Pero tengo otros proyectos: seguir con la compañía, hacer cine y producciones."He conseguido disfrutar con lo que hago, que es un paso muy difícil. Ahora, lo que venga"

"Nureyev y Barishnikov tenían personalidad, que es algo más que hacer diez o veinte piruetas"

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