"Soy individualista y me gusta que me reconozcan los logros a mí solo"

Francisco Fernández, Paquillo, como le conocen en su pueblo (Guadix, Granada), lleva una marcha imparable en el mundo del atletismo. En 1996 ganó en Sidney el Campeonato Mundial junior y el pasado 18 de agosto, con sólo 21 años, logró en Budapest la medalla de bronce de los Campeonatos de Europa en los 20 kilómetros marcha. Sólo la veteranía de sus contrincantes le impidió alcanzar el oro. Pero Francisco Fernández, ambicioso y trabajador, afrontará los retos del Mundial de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Sidney con algo que los veteranos no pueden ni soñar: el futuro de su lado. Pregunta. Hasta ahora, los grandes marchadores españoles eran de Cataluña. ¿Cómo se ha subido al carro? Respuesta. La situación está cambiando. García Bragado es madrileño... De Guadix es Manuel Alcalde, que fue marchador y ahora es mi entrenador. Estuvo en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles y Seúl y él ha conseguido que gente de esta zona se integre en la élite de la marcha. He cuajado yo y hay otros tres marchadores del pueblo participando en competiciones nacionales. Existe una buena cantera local. P. ¿Cómo le entró en la marcha? R. Siempre me han gustado los deportes individuales. Desde pequeño, las competiciones de equipo no me han llamado la atención. Veía que no era yo el que ganaba, sino todo el conjunto. Y me ha gustado siempre que se me reconocieran los logros a mí solo. P. Es muy individualista ¿no? R. Sí. El atletismo es una disciplina individual. Si gano, gano yo. P. ¿En Budapest pensó que podía obtener el oro? R. Pasé por el oro, pasé por la plata y al final me quedé con el bronce. Cuando comprobé que se quedó atrás el ruso Markov, respiré tranquilo. Al lituano Fadejevs, el otro que aguantó mi ritmo, ya le había vencido y me vi ganador. Pero nos pusimos un poco nerviosos los dos y al final el ruso nos adelantó. P. ¿Debería haber atacado antes? R. No quiero darle vueltas. Sí lo pensé. Aunque quizás hubiera pagado el esfuerzo. Hasta el kilómetro quince iba como nuevo, porque fue una carrera muy lenta. Pero los últimos cinco kilómetros fueron muy rápidos. P. ¿Qué pasa por la cabeza de un marchador durante 20 kilómetros? R. En competición sólo piensas en la carrera y en el oro. Cuando vas en el grupo intentas no comerte mucho el coco y tratas de recordar todo lo que has trabajado para obligarte a aguantar arriba. Entrenando es diferente. En los 30 kilómetros que corres a diario sueñas con quedar campeón olímpico o piensas en abandonar, porque es durísimo. P. ¿Ha notado mucha diferencia al pasar de la categoría junior a la senior? R. Pues no. Sigo subiendo al podio. Aunque la experiencia de los contrincantes en la competición senior hace que resulte un poco más duro.