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FÓRMULA 1

Ocho supervivientes en el caos

Hakkinen y Schumacher abandonan en una carrera repleta de accidentes

Jordan celebró con un doblete el duelo de eliminación entre Ferrari y McLaren en el Gran Premio de Bélgica, decimotercera prueba del Campeonato del Mundo, que más que una carrera de Fórmula 1 pareció una jornada en los autos de choque bajo la lluvia. Hasta doce coches resultaron afectados en una primera salida dantesca y sólo ocho sobre 18 acabaron la prueba, entre los que no estaban Mika Hakkinen ni Michael Schumacher, primer y segundo clasificados del mundial, separados por siete puntos, a falta solamente de tres pruebas para la conclusión del campeonato. La ira de Schumacher, que tuvo que abandonar por una colisión con el escocés David Coulthard cuando era líder de la carrera y momentáneamente del Mundial, y el desespero de Hakkinen, retirado desde la primera vuelta, contrastó con la alegría del británico Damon Hill, campeón del mundo en 1996 y ganador ayer, al volante de un Jordan-Honda, con los colores de Repsol, por delante de su compañero de equipo, el alemán Ralf Schumacher. La tercera plaza fue para el francés Jean Alesi (Sauber). Hill sacó tajada de una carrera que se torció en la primera curva a causa de una colisión múltiple provocada por Coulthard. La carambola fue de tal magnitud que afectó a más de la mitad de los coches que competían, una situación que no se producía desde el año 1975 cuando en Silverstone una tromba de agua provocó una colisión entre doce vehículos en la vuelta 56 de las 67 de que constaba la prueba. El accidente provocó cuatro abandonos y la suspensión de la prueba durante una hora. Los incidentes, sin embargo, se reanudaron tras la segunda salida. Tras la primera curva, el McLaren de Hakkinen se cruzó en la pista, motivando un nuevo accidente que acabó con la retirada del piloto finlandés y del británico Johnn Herbert (Sauber). Unos metros más adelante era el compañero de Hakkinen, el escocés Coulthard el que se salía del trazado, llevándose por delante al austriaco Alexander Wurz (Benetton) y provocando la salida del coche de seguridad. El conflicto dejó a Hill al mando de la carrera, seguido por los dos coches de Ferrari, el de Schumacher y el del irlandés Eddie Irvine. El alemán sólo tardaría siete vueltas en adelantar a Hill y ponerse líder, al tiempo que Jacques Villeneuve (Williams) abandonaba. Los acontecimientos jugaban a favor de Schumacher. El circuito estaba de su parte: debutó en Spa, fue en el circuito belga donde logró su primer triunfo y llevaba cuatro victorias sobre seis en un trazado muy espectacular. Era además el día en que Ferrari cumplía su gran premio número 600. Y, tras haber abandonado Hakkinen, el alemán estaba en disposición de dar un vuelco en el Mundial, desbancando a Hakkinen del liderato. La carrera de Schumacher, sin embargo, se acabó en la vuelta 24 cuando trataba por enésima vez de adelantar a Coulthard. El alemán sacó el brazo varias veces, tanto en señal de protesta contra el escocés como para reclamar a los comisarios que agitaran las banderas que indican a un piloto que va a ser doblado. Coulthard hizo caso omiso a las indicaciones y después, de forma súbita, levantó el pie del acelerador y provocó el choque por detrás de Schumacher, cuyo Ferri acabó con la rueda derecha arrancada. Tras llegar a boxes en tres ruedas, el alemán acudió a los talleres de McLaren a pedir explicaciones al piloto británico por su actitud, pero los mecánicos de su equipo frenaron la furia de Schumacher. Los abandonos dejaron vía libre a los dos Jordan, pese a que la carrera se vio otra vez interrumpida por otro accidente similar al chocar Fisichella (Benetton) con el japonés Nakano (Minardi). La nueva salida del coche de seguridad provocó el reagrupamiento de los pilotos, y una nueva lucha, presidida por el acoso de Alesi sobre Hill y Ralf Schumacher, enzarzados también en una pugna por la victoria.. La situación provocó que los pilotos de Jordan recibieran órdenes desde los boxes: el equipo dictaminó que el triunfo debía ser para Hill. El británico fue el primero en la meta mientras que el penúltimo era Coulthard, que se había reincorporado a la carrera con cinco vueltas de retraso. Schumacher, mientras, seguía maldiciendo al británico. El alemán aspira a tomarse la revancha en la próxima carrera, que se disputará en Monza, donde Ferrari tiene previsto celebrar su 600 gran premio.

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