Jordi Pujol da largas a la idea de que CiU entre en el Gobierno
Jordi Pujol volvió ayer a la comarca del Solsonès (Lleida), donde la víspera le habían abucheado por la acción de su Gobierno en los incendios de julio. Y dijo, sin señalar, que los abucheos forman parte de una estrategia política: "Ante una desgracia así, siempre hay un cierto intento de utilización política". Por la noche, el presidente de la Generalitat se refirió a la hipotética entrada de CiU en el Gobierno. Y señaló que su partido siempre ha estado abierto a esta eventualidad, pero, remachó, su objetivo ahora es negociar asuntos tan importantes como la financiación para Cataluña.
Antes de que se lleve a la práctica la entrada de CiU en el Gobierno, según Pujol, deben celebrarse elecciones en Cataluña y después las generales "para ver qué tipo de relación podemos establecer y definir exactamente cuáles son nuestros objetivos. Y el primero no es formar parte de ningún gobierno, sino renegociar el sistema de financiación autonómica".Los periodistas le preguntaron a Pujol el nombre y la filiación de los responsables de la presunta estrategia política a la que se refería. Pero se los quitó de encima con un quiebro más o menos irónico, al tiempo que sacaba del bolsillo sus gafas: "Yo soy corto de vista y me cuesta mucho ver a la gente de lejos". Luego trató de bajar volumen a la protesta: "Ya contaba con que unos cuantos me iban a silbar, pero la situación no fue tan desagradable como se ha pintado". Y para zanjar el asunto, destacó dos circunstancias: "La mayoría de los afectados han tenido una actitud positiva, ésa es la semilla del futuro; y, en cualquier caso, yo tenía la obligación de visitar las zonas afectadas y he cumplido con esta obligación". Alberto Fernández Díaz (PP) le replicó ayer mismo que mejor sería reaccionar ante la tragedia que buscar oscuros culpables. Jordi Pujol se refirió también al debate abierto sobre la conveniencia de que Duran Lleida ocupe el número dos de la lista de CiU. Pujol aseguró que es pronto para hablar de listas y que "no es conveniente polemizar sobre este tema, porque sólo contribuye a tapar el mensaje de construcción de país que debe llegar a los ciudadanos". Sobre la oferta lanzada por el PP para suavizar sus relaciones con el PSOE, Pujol afirmó que cualquier intento de acabar con la actual crispación le parece positivo. "Es bueno que se entiendan y dejen de ir a degüello". El presidente precisó que CiU reaccionaría si este entendimiento supusiera un ataque hacia la coalición nacionalista. El presidente de la Generalitat aseguró que sería interesante que el catalán pudiera ser lengua cooficial en toda España, como propuso recientemente el futuro candidato socialista, Pasqual Maragall, aunque ironizó al respecto diciendo que sería mucho más sencillo que el PSC diera un apoyo más claro a la aplicación de la ley de política lingüística, informa Pujol tampoco pudo rehuir ayer la protesta. Por la mañana, en Navès, pueblo pirenaico, le esperaba un grupo de manifestantes contra la denominada "autopista eléctrica", que ha recogido 6.000 firmas en la comarca y más de 30.000 en comarcas limítrofes. El presidente de la Generalitat dijo que su Gobierno no se ha pronunciado sobre un asunto que compete a los Estados de Francia y España. Y acabó: "Habrá que hablar mucho y muy a fondo de este proyecto".
Mientras Pujol se defendía en este frente interpretando los abucheos en clave electoral, el consejero de la Presidencia, Xavier Trias, contraatacaba a la oposición con el déficit público como argumento. "Es sorprendente", dijo, "que los socialistas hablen de déficit en la Generalitat y no expliquen que, cuando ellos salieron del Gobierno, habían multiplicado por 35 la deuda que se habían encontrado en 1982". Trias justificó el déficit en estos términos: "La deuda que tenemos entra dentro de la lógica derivada de inversiones muy positivas que han permitido cambios espectaculares en Cataluña y un gran salto. El problema de la Generalitat no es el déficit, sino la mala financiación".
