Un hombre de 69 años muere en La Antilla mientras se bañaba

Un hombre de 69 años, cuyo nombre responde a las iniciales A.G.M., falleció ayer mientras se bañaba en la playa de La Antilla (Huelva), según confirmaron fuentes sanitarias. La muerte de este bañista se produjo en torno a la una y media de la tarde, frente al paseo marítimo de La Antilla, a la altura de la calle Feria de Mar, cuando el hombre, vecino de la localidad de Codosera (Badajoz), falleció a causa de una parada cardiorespiratoria que le sobrevino mientras se bañaba. El cadáver del fallecido, fue arrojado a la playa por la marea y los intentos para reanimarle, realizados por un médico y un ATS, que fueron avisados por la Policía Local, resultaron inútiles. Hasta el lugar del suceso se trasladó una UVI móvil del 061, sin que los técnicos sanitarios pudieran hacer nada para reanimar al bañista. Asimismo, el médico forense y el juez de guardia decidieron trasladar el cuerpo sin vida del ahogado al depósito de de Isla Cristina (Huelva), donde se le practicará la autopsia para aclarar las causas de la muerte. Hallado el ahogado en Jaén Por otra parte, la Guardia Civil ha encontrado el cuerpo sin vida de Juan Andrés Martínez López, vecino de la aldea de Campocámara -pedanía de Baza (Granada)-, de 50 años de edad, que desapareció bajo las aguas del embalse de La Bolera, en el término municipal de Pozo Alcón (Jaén) el pasado 15 de agosto. El cadáver fue llevado al depósito de la citada localidad donde ayer le fue practicada la autopsia. El fallecido se encontraba, el pasado 15 de agosto, en el citado pantano, en el que es habitual la práctica de actividades deportivas. Martínez López tenía por costumbre, cuando se desplazaba a este espacio, cruzar el embalse a nado. Esto es lo que estaba haciendo cuando comenzó a hacer señales a su familia desde las aguas. Poco después, vieron cómo se sumergía sin que su cuerpo lograra salir a flote. La Guardia Civil inició la búsqueda, sin embargo, dada la profundidad de las aguas y la existencia de corrientes submarinas se decidió solicitar, la mañana del 16 de agosto, el envío de una cámara de descompresión que permitiera realizar un rastreo apropiado de la zona.