Unió deja en manos de Casas su candidatura en Sabadell
La decisión de presentarse o no como candidato de CiU en las próximas elecciones municipales de Sabadell "está en manos de Jordi Casas". Es el último comentario de Unió después de que su presidente, Josep Antoni Duran Lleida, recomendara al diputado y portavoz municipal de Convergència i Unió (CiU) que, ante la actitud "hostil" de la sección local de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), sería mejor que no se presentara como cabeza de lista de la coalición nacionalista. De momento, Casas no ha querido responder públicamente a los consejos de Duran i Lleida. Según fuentes de UDC, guardará silencio hasta la reunión de la ejecutiva, el próximo día 31. Por su parte, el presidente del comité local de CDC, Joan Ignasi Sánchez, se ha mostrado indignado por el comentario del dirigente democristiano sobre el comportamiento de los convergentes y ha manifestado que la sección local de su partido "está cansada de que se la inmole desde Unió". A pesar de que todo apunta a que Casas no será el alcaldable de CiU, tanto UDC como CDC siguen sin renunciar a tener el cabeza de lista de la coalición en las próximas elecciones. Convergència ha sondeado a tres candidatos. Los dos nombres que suenan con más fuerza son el del actual presidente de la Compañía de Aguas de Sabadell y ex consejero de Política Territorial, Xavier Bigatà, y el concejal Joan Bosch, quien en las elecciones de 1991 tenía que ser el candidato de CDC, pero se retiró por problemas familiares. Agria polémica Bosch ya declaró que, si su partido se lo pedía, estaría dispuesto a ser el alcaldable. De Bigatà ya se habló poco después de que el actual alcalde de Sabadell, Antoni Farrés, de IC, anunciase el pasado diciembre que no se presentaría a la reelección. Las declaraciones de Duran Lleida son el último episodio, de momento, de una agria polémica entre los dos socios de la coalición. Ya en las elecciones locales de 1995, a los convergentes no les gustó, según Sánchez, "ni la campaña ni el programa electoral que presentó Casas". La crisis se agudizó después del anuncio de Farrés. En enero, cuando se votaron los presupuestos municipales, los convergentes votaron en contra, mientras que los democristianos se abstuvieron. El fuego cruzado de comunicados acusadores empezó hace pocas semanas, cuando el responsable de política municipal de UDC, Ramon Espadaler, acusó a los dirigentes locales de CDC de haber amenazado a Unió por correo electrónico. Convergència respondió a Espadaler con un comunicado en el que se tachaba a los democristianos de "difamar al socio de coalición y crecer a costa de él". Poco después, Unió lanzaba otro comunicado en el que se señalaba que Casas "era víctima de una hostilidad impropia de unos socios políticos". Casas prefiere guardar silencio de momento.
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