"Los ciclistas costeaban el dopaje"
El médico del Festina declaró que había una "caja negra" para productos prohibidos
Los ciclistas del Festina, expulsados el pasado viernes del Tour, eran obligados a colaborar en la compra de sustancias prohibidas. Así se desprende de las declaraciones realizadas por el médico del equipo, Éric Ryckaert, uno de los tres detenidos por el caso y que ayer fue hospitalizado por un problema de diabetes. El abogado del médico, en declaraciones al diario francés Aujourd"hui, señaló que Bruno Roussel, el director del Festina, era el encargado de recolectar el dinero y el "organizador de una red que funcionaba desde hace años. "Los ciclistas estaban obligados a depositar en una caja negra parte de sus primas para financiar la compra de productos dopantes, los cuales, como los medicamentos habituales, eran depositados en la sede del Festina en Lyón".El abogado de Ryckaert manifiesta que su cliente "nunca ha prescrito ni administrado productos prohibidos" y que sólo "intervenía si había algún problema". "Su único error fue haber conocido los hechos y no haberlos denunciado ante la justicia.
"Los corredores tomaban lo que a ellos les parecía necesario, recibían los productos de los cuidadores y controlaban su tasa de glóbulos rojos en la sangre con la ayuda de un aparato de medición", agrega el abogado, siempre según la declaración de Ryckaert. Una actitud muy opuesta a la que mantiene el director del Festina. En un comunicado dado a conocer ayer, Bruno Roussel no elude responsabilidades. "No lo vi todo, no lo sabía todo, pero me incumbe en mi calidad de director deportivo asumir toda la responsabilidad y esto comprende lo que no vi ni supe". Roussel aseguró que se decidió a contar la verdad porque no podía seguir actuando "entre una ley del silencio que no convencía a nadie y las insinuaciones y rumores que llevaban a convertir en sospechoso a todo el mundo".
Por otro lado, el vicepresidente de la la Unión Ciclista Internacional (UCI), el alemán Werner Goener, anunció que se van a realizar controles antidopaje más severos. La tasa de hematocritos, que puede indicar la utilización de la EPO, también será reducida, y se efectuarán controles en la fase de preparación, indicó en declaraciones el diario alemán Allgemeine Zeitung. No obstante, Goener se muestra pesimista. "Incluso si conseguimos probar la presencia de EPO, alguna otra sustancia se incorporará en cualquier momento al mercado. Nunca tendremos deporte sin dopaje".
Mientras, el médico del ONCE Nicolás Terrados dijo que el pasado 13 de marzo la policía francesa registró los camiones del equipo durante la París-Niza: "Los registraron exhaustivamente durante seis horas". Días antes se habían examinado también los vehículos del TVM.
La prensa holandesa no deja de lado el escándalo del TVM, informa Sonia Robla. El entrenador del equipo, Cees Priem, ha negado rotundamente que en su grupo se haya consumido en los 13 últimos años, desde que el está al frente, ninguna sustancia prohibida tal como insinuó el corredor belga Van den Bossche. "Van den Bossche experimentaría bajo su propia iniciativa pero sin decirnos nada a los demás", aseguró el entrenador. Priem manifestó no tener temor a que se les envíe a casa como le ocurrió al Festina. "Nosotros", dijo Priem, "no usamos productos de dopaje de forma organizada". El director del TVM, Ad Bos, fue más tajante en declaraciones a De Volkskrant. "Los trabajadores o corredores que estén involucrados serán despedidos. Y si se tratara de una red organizada, es el fin del equipo. Pero estoy seguro de que de esto último no hay nada".
El apoyo de Samaranch
A propósito del caso Festina, el presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, dijo ayer: "Queremos combatir la plaga del dopaje. Todo lo que ha sucedido en el Tour es condenable. Apoyamos firmemente a sus organizadores".
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