España marca un récord con un total de 19 participantes
Nadie es un verdadero especialista en superficies de hierba, como la del torneo de Wimbledon, que hoy comenzará en el All England Club de Londres. Los mejores tenistas del momento superan a duras penas los 10 partidos al año en este tipo de pistas. Pete Sampras, campeón cuatro veces en los últimos cinco años, jugó en 1997 nueve partidos en hierba, de los que ganó ocho. Esas mismas cifras presenta el balance del ruso Yevgueni Kafelnikov. Patrick Rafter jugó 12 partidos, uno más que Richard Krajicek y tres más que Boris Becker y Petr Korda. Quien más jugó en hierba fue el británico Greg Rusedski, que concluyó con 13 victorias y 2 derrotas.Entre esos nombres se encuentra, probablemente, el del ganador de este año en Wimbledon. Su principal ventaja radica en que poseen un buen saque y una excelente volea, y en que tienen una mentalidad ofensiva que les permite encadenar estos dos golpes y arriesgar luego en los restos. "La cuestión en Wimbledon es jugar siempre en el aire. Cuantas menos veces toque la bola en la hierba, menos probabilidades hay de que bote mal", decía siempre el técnico Pato Álvarez.
Éste es el panorama que a partir de hoy presentará el torneo. Algunos españoles no tienen motivos para desentonar. Carles Moyà y Àlex Corretja, ganador y finalista en Roland Garros, acreditaron que soportan la presión, que tienen un buen servicio y que dominan la volea. Su problema, igual que el de la mayoría de la armada, está más en la cabeza que en el juego.
Tal vez por eso las mayores opciones de los 19 participantes españoles (12 masculinos y 7 femeninos), cifra nunca alcanzada en Wimbledon, se les conceden a Arantxa Sánchez y Conchita Martínez, finalista dos veces y ganadora, respectivamente, en Wimbledon. El torneo femenino presenta mayores incógnitas con el regreso de Steffi Graf y la recuperación de Arantxa -ganadora en París- y de Monica Seles. Martina Hingis, derrotada en Roland Garros, defiende el título en Londres.
