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Gutiérrez y Méndez reconocen sus discrepancias y proponen una táctica movilizadora diferente

Los secretarios generales de CCOO y UGT, Antonio Gutiérrez y Cándido Méndez, respectivamente, reconocieron ayer públicamente sus discrepancias y anunciaron que van a mantener reuniones para intentar resolverlas. Por si había alguna duda, dejaron claro que comparten la estrategia pero no la táctica para lograr demandas como la jornada semanal de 35 horas. Méndez pidió a unos 3.000 delegados sindicales que estén "preparados para una gran movilización unitaria en el próximo otoño". Gutiérrez, en cambio, cree que es fundamental "la presión en las empresas".

Los máximos dirigentes de UGT y CCOO aseguraron tajantemente ayer que la unidad de acción, con una trayectoria de 10 años, no corre peligro. Lo afirmaron ante una masiva asamblea de delegados que reclamaron las 35 horas y la creación de empleo y en declaraciones ante los periodistas. Pero ambos defienden un camino diferente para lograr objetivos estratégicos tan importantes como la reducción de la jornada laboral, la mejora de la protección por desempleo, la eliminación de las horas extras o un plan de empleo pactado para el año 1999.El secretario general de UGT expuso una táctica de movilizaciones más radical y aseguró que sin ella no se logrará vencer la resistencia del Gobierno y de la CEOE. Méndez incluso quiere poner fechas para concluir las negociaciones con el Ejecutivo (el 30 de septiembre, en los temas que dependen de los Presupuestos Generales de 1999) y con la confederación empresarial CEOE (el próximo otoño), y se propone alcanzar "una auténtica negociación, no un paripé".

El líder de CCOO considera que sería un error no aprovechar "los factores económicos y políticos" para lograr la reducción de jornada, pero su sindicato pone más el acento en la presión directa sobre las empresas para arrancarles una negociación que comprometa la creación de empleo a partir de la rebaja del tiempo de trabajo. Comisiones cree que ese proceso es necesario para no crear un vacío ante unas eventuales movilizaciones en el otoño, que tampoco descarta. También considera importantes actos como el de ayer, que Gutiérrez calificó con reiteración como "una asamblea de lucha, no meramente informativa", para reclamar políticas más activas a favor del empleo.

El camino que finalmente elijan lo decidirán en las reuniones que van a mantener en los próximos días las direcciones de ambas centrales para dirimir sus diferencias. Con ello quieren reafirmar su apuesta por la unidad, porque, según subrayó el líder de CCOO, "por la pendiente de la división se cae muy fácilmente y al final sólo cabe el batacazo". Méndez añadió que se proponen primero identificar los problemas y a continuación resolverlos, porque presume que los trabajadores no les perdonarían "la división" o que no mantuvieran "la firmeza suficiente ante la patronal y el Gobierno". Los dos advirtieron a la CEOE y al Ejecutivo que no intenten utilizar las diferencias entre los sindicatos a favor de sus tesis.

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