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FRANCIA 98

Toulouse pide refuerzos

Francia sigue con inquietud los movimientos de los "hooligans"

Los gamberros ingleses han marchado hacia Toulouse. El alcalde de Marsella, Jean-Claude Gaudin, ha aconsejado a su homólogo de Toulouse, Dominique Baudis, que "declare el estado de sitio" y reclama "imperativamente" para su ciudad, que acogerá aún cinco partidos, "refuerzos de la policía y de la gendarmería para proteger la seguridad pública ante cualquier hipótesis".La llegada de los vándalos de las islas es ahora temida en Toulouse y Lens y la gente reza para que Inglaterra sea eliminada. El ministro del Interior, Jean-Pierre Chevènement, ha confirmado la expulsión de cinco ingleses y un tunecino "a través del procedimiento de urgencia absoluta".

El ministro describió así a los expulsados: "Son individuos particularmente violentos, responsables de golpes y heridas causadas voluntariamente lanzando piedras y botellas". Otros dos hinchas ingleses fueron condenados a tres de prisión y la prohibición de entrar en Francia durante dos años y otro a dos meses de cárcel y un año de extrañamiento. Además dos de los seis alemanes detenidos por disturbios en París fueron condenados a tres meses de prisión.

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En Toulouse han suprimido la Fiesta de la Música, una celebración anual que permite conciertos callejeros durante todo el día y parte de la noche. Los bares se han puesto de acuerdo y han renunciado a cerrar a las tres de la mañana, tal y como les permite la ley. "Me importa un comino la pérdida económica que representa", dice Bernard Bosc, presidente del sindicato del ramo, "pero es impensable exponer a nuestros clientes a tales animales".

El prefecto de la región de Toulouse ha pedido refuerzos: dos unidades de policía que se sumarían a los 1.300 agentes con los que pretende controlar a los enfebrecidos y alcoholizados seguidores del equipo de la rosa. "Cuantos más uniformes se vean en la calle, mejor comprenderán los hooligans que en Francia no estamos dispuestos a dejarles actuar", declaró el prefecto Alain Bidou. La buena disposición de los bares y restaurantes no parece repetirse entre los propietarios de las llamadas grandes superficies. "Nadie nos ha dicho que tengamos que cerrar a horas distintas de las habituales ni nos han pedido un control especial en la venta de cerveza", explica el gerente del hipermercado Casino.

En cualquier caso los trenes en los que viajan los seguidores ingleses -otro tanto podría decirse de los escoceses, sólo que estos se han limitado a celebrar sus derrotas cantando y arremangándose el kilt para mostrar las nalgas- son ya conocidos como "expresos-cerveza" aunque los empleados de la empresa ferroviaria SNCF procuran ralentizar el consumo una vez a bordo. La prensa francesa, al margen de constatar una vez más la capacidad de destrucción de unos cientos de descerebrados bebidos, arremete también contra la prensa popular británica, "la más xenófoba de Europa" y a la que acusan de "contribuir en buena medida a la imbecilidad de este tipo de incidentes". Para Pierre Georges, de Le Monde, no es posible olvidar la primera página del Daily Star en la que aparecía un perro tocado con fez bajo este titular: "¡Vamos a aplastarlos!". La demagogia antieuropeísta y racista de toda esa prensa millonaria en ventas es puesta así en la picota. "Esos tipos inspirarían lástima si no fuesen peligrosos", concluye Georges.

Pero los franceses no olvidan que entre los detenidos por gamberrismo también hay conciudadanos. "Ocho personas han ingresado en la cárcel, de ellas cinco son británicas y tres francesas" explicaba el ministro Chevènement antes de añadir que eran sólo los primeros de una lista de condenados de dos a tres meses de prisión firme. "Los escaparates rotos del Viejo Puerto", explicaba a su vez un camarero marsellés, "puede que lo fueran por un hooligan pero un hooligan con acento de Marsella". Un gendarme lo confirmaba: "Los ingleses prendieron la mecha pero luego vinieron jóvenes del norte de la ciudad para ayudar a atizar las llamas".

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