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Entrevista:ALFONSO SANZASOCIACIÓN A PIE

"En el centro es donde el peatón se siente más cercado"

Alfonso Sanz (Madrid, 1957) tiene un temor antiguo: que el trasiego de vehículos por las calles de la capital llegue un día a devorar la costumbre del paseo, por imposible. Después de años de simple espectador del desaguisado circulatorio, este geólogo ha pasado a la acción, y no lo ha hecho solo. Su bandera se llama A Pie, nombre que han buscado para la asociación de ciudadanos que batalla por conseguir más pasos de cebra en la capital. La campaña de estreno dura un año, en el que exhiben, al menos una vez al mes, una pancarta con forma de paso de peatones, sin más. La pancarta va creciendo conforme se adhieren más madrileños a la reivindicación, y, al ritmo que lleva, confían en que llegue a ser kilométrica. Una escena golpeó la conciencia de Alfonso y precipitó la creación de A Pie: caminaba con unos amigos por la calle de Cea Bermúdez cuando una anciana les pidió que detuviesen el tráfico. Y es que de no parar la circulación, la mujer jamás conseguiría cruzar, pues sus torpes piernas le impedían alcanzar la acera contraria antes de que el semáforo luciera en verde para los coches. Era su única alternativa, "o solicitaba ayuda o se veía condenada a encerrarse en casa para el resto de su vida".Pregunta. ¿En qué barrios se siente el peatón más cercado por los coches?

Respuesta. En los del centro, porque el espacio de las calles es escaso y la competencia entre vehículos y caminantes es más fuerte. En los barrios periféricos hay más sitio, pero se nota falta de sensibilidad de los que diseñan las calles, porque las hacen poco atractivas para caminar.

P. ¿Qué cosas disfruta un peatón y se pierde un automovilista en Madrid?

R. El conductor se aleja de la dimensión humana de la ciudad. El que camina, además, goza de mejor salud. Hay dos grupos sociales, los niños y los ancianos, en que la pérdida del contacto con la calle es dramática. Por ejemplo, cada vez hay más chavales que van al colegio en coche o autobús, perdiendo así la posibilidad de relacionarse con la gente del barrio.

P. ¿Se imagina una vuelta completa a Madrid a pie?

R. Sería un calvario. Sales a la calle y te topas con coches sobre las aceras, andamios que obligan a salirse a la calzada y señales y papeleras entorpeciendo el recorrido. Eso, sin mencionar el ruido y la contaminación.

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P. Descríbanos un itinerario que ahora sea utópico.

R. Me gustaría bajar por el eje central de la Castellana hasta la plaza de Cibeles y poder seguir hacia el paseo del Prado sin tener que utilizar los pasos subterráneos. Ese paseo es bello, está lleno de árboles y no tiene pendientes, pero al llegar a Cibeles la velocidad de los coches disuade al peatón de seguir adelante. Y es que durante dos o tres décadas se ha construido un Madrid que arrincona al peatón.

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