Anguita quiere una "Cataluña roja y no burguesa como la de Pujol"
El coordinador de Izquierda Unida (IU), Julio Anguita, intervino ayer en la jornada de clausura del congreso de Esquerra Unida i Alternativa (EUA), fuerza que se define como el referente de IU en Cataluña. Anguita echó una bronca considerable a sus socios por las "sospechas y los fantasmas" ante el supuesto intervencionismo desde Madrid. Y acabó diciendo que IU acepta nacionalistas pero no es nacionalista, pero asume el derecho de autodeterminación y quiere una "Cataluña roja y no burguesa como la de Pujol y cierta izquierda".
El congreso de IU terminó ayer, a las cinco de la tarde, con la elección del consejo nacional de la nueva formación: Antoni Lucchetti será el coordinador general y Juan Manuel Patón, el presidente ejecutivo. Ambos representan a los dos sectores mayoritarios en EUA. El primero milita en el PSUC-viu; el segundo, en el PCC, desde donde se expresan las mayores reticencias a la nueva organización. Reticencias que se expresaron anteayer en votos contra el nombre (prefería Unitat d"Esquerres) y ayer en la oposición a que la relación entre EUA e IU sea de "corresponsabilidad". Quienes se oponen a esta fórmula aducen que EUA se convierte con ello en una "sucursal de IU". Un debate que provocó las iras de Anguita, quien, según dijo, aparcó el discurso que tenía preparado y agarró el toro por los cuernos. IU, dijo, tiene perfecto derecho a intervenir en la discusión porque si una formación se reclama como "referente" suyo en Cataluña, puede comprobar si es cierto: "No vamos a reconocer como referente a cualquiera", clamó. Y siguió: "Cuando dos formaciones, desde su soberanía, pactan, ceden ambas soberanía". Y por si no quedaba claro lo que estaba diciendo, añadió: "El problema es que tenéis dificultades internas", en alusión a las reticencias del PCC. A partir de ahí, Anguita decidió que había que abroncar al personal. Empezó por la prensa y por quienes les hacen caso (con inclusión de un relato de El conde Lucanor), pero pronto siguió con los congresistas, a los que dijo que allí reunidos no tenían sentido: "El sentido está fuera, en la Seat, en el cinturón rojo, en los marginados", para reclamar: "Hay que salir de la trinchera que a menudo va contra los trabajadores". Anguita usaba aquí "trinchera" como sinónimo de "partido". Y por si no estaba claro, remató: "A la calle", hasta seis veces, "Fuera de la sacristía en la que a veces se transforma la sede". Soberanía Lo que estaba en discusión era la soberanía de la nueva formación respecto a Izquierda Unida. Y Anguita no esquivó el asunto. "IU admite nacionalistas, pero no es nacionalista, ni catalana, ni española, ni vasca, ni gallega. Estamos con los trabajadores por encima de las banderas. Reclamamos un Estado plurinacional, federal y solidario. Somos internacionalistas". Tras esto, Anguita animó a los presentes a asumir "la construcción nacional de Cataluña", pero para lograr "una Cataluña roja, no la burguesa de Pujol y de cierta izquierda que come en el mismo cuenco. Que se escuda en el "bandera, bandera, bandera", y detrás no tiene nada". "En el fondo de nuestra alma no tenemos más patria que la humanidad ni más raza que la humana", remachó en un discurso cada vez más encendido que terminó con el público entregado en su mayoría, puesto en pie, puño en alto, y coreando repetidamente: "Viva la clase obrera". La minoría se mantuvo sentada en silencio. Algunos de ellos pusieron a la entrada del recinto una pancarta donde podía leerse: "Anguita, vete a Madrid". Las palabras de Anguita tuvieron un efecto milagroso. Las reñidas votaciones del día anterior se convirtieron ayer no en unanimidades, pero sí en porcentajes que tratan de alejar el fantasma de la escisión que gravita sobre EUA. Lucchetti, tras ser elegido coordinador general hizo un discurso conciliador, satisfecho del 91% de votos que alcanzó la lista unitaria.PASA A LA PÁGINA 6
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