Borrell amenaza con un congreso extraordinario

José Borrell enfatizó ayer que hará cuanto esté en su mano para evitar un congreso extraordinario del PSOE. Pero a la vez advirtió que está plenamente dispuesto a recurrir a esa cirugía si percibe, desde su perspectiva, que la actual dirección del partido le margina en la toma de decisiones políticas relevantes. El candidato lanzó así un mensaje de advertencia: si Joaquín Almunia y su entorno no cuentan con él y se limitan a comunicarle los acuerdos que ya han tomado, planteará la necesidad de convocar un congreso y elegir una nueva ejecutiva.Borrell hizo esa advertencia en una entrevista con Iñaki Gabilondo en la Cadena SER y en una rueda de prensa posterior a la reunión del Grupo Parlamentario Socialista. En ambas intervenciones apostó por una convivencia con la cúpula del PSOE que haga innecesaria la convocatoria de un congreso extraordinario, a la vez que resaltaba que él no puede aparecer como si fuera "el chico que reparte besos y abrazos". Tras recordar que en las primarias anunció que pediría a Almunia su permanencia en la secretaría general y ha sido coherente con esa actitud, precisó que esa continuidad no puede tener como precio "que el candidato quede marginado de las decisiones del partido". En concreto, se refería al acuerdo con NI para que Cristina Almeida encabece la lista socialista para la Comunidad de Madrid, del que fue informado "cuando ya estaba cerrado", según su versión.

Borrell comentó que ese problema llevó a una "discusión seria, profunda y tranquila en la reunión de la ejecutiva federal, en la que quedó claro que no es posible que el candidato a la presidencia no participe en la toma de decisiones importantes. No se puede enviar una carta a Anguita sin que yo haya participado, y mucho, en su redacción. Faltaría más".

A su juicio, lo importante de ese debate en la ejecutiva federal fue que "quedó aclarado" el asunto, y expresó su deseo de que no se repitan problemas parecidos ya que lo contrario indicaría que "nadie ha entendido la forma de actuación de la nueva situación, y entonces pasaría lo que nadie quiere que pase: la celebración del congreso extraordinario".

Borrell opinó que el PSOE debe ser "plural y no tribal", en el bien entendido de que el pluralismo no es sinónimo de "ejército de Pancho Villa" sino la consecución del consenso "mediante la discusión y desde la coherencia".

Joaquín Almunia, entretanto, aseguró anoche que, en lo que él dependa, "no va a haber nuevas discrepancias con José Borrell". "Al menos en lo que dependa de mí, no habrá ni una sola", afirmó. Estas palabras fueron muy bien acogidas por José Borrell, y con ellas ambos llegan a su reunión de hoy.

Almunia instó a los dirigentes del partido a "olvidarse" de los problemas internos y trabajar para ganar las próximas elecciones. También subrayó que si el PSOE trabaja bien, Borrell será el próximo presidente del Gobierno, y añadió que el candidato debe "tener la confianza" de que todos los socialistas le apoyan. Por ello, expresó su "deseo y confianza" de que el candidato no pida un congreso extraordinario.