Francia anuncia cambios fiscales, pero sin tocar el impuesto de la renta
Europa obliga. El ministro de Economía y Finanzas francés, Dominique Strauss-Kahn, ha anunciado ya que «la fiscalidad del país va a cambiar profundamente de aquí al 2002». Sin embargo, no se anuncian medidas sobre el impuesto de la renta. El poder uniformizador del euro está detrás de una serie de decisiones que acompañan una economía en expansión, con un 3% de crecimiento previsto para 1998.«En 1999 no habrá aumento de impuestos», dijo el ministro sin querer comprometerse a una pequeña disminución anticipada por algunos colegas de gabinete. Las buenas noticias de Strauss-Kahn iban en otra dirección: «Al acabar el año habremos absorbido el paro creado por el Gobierno de Alain Juppé, y a finales de 1999, el paro del Gobierno Balladur». Añadió que, al margen de los resultados de los contratos bautizados como «empleos jóvenes», que en un 80% se benefician de subvención pública, el mercado «creará 300.000 puestos de trabajo a lo largo de 1998».
El ministro presentó una disyuntiva entre dos tasas a la hora de plantearse una reducción de la carga fiscal de los contribuyentes: la de vivienda y la profesional. «Si queremos hacer todo lo posible para crear empleo, hay buenas razones para reducir la tasa profesional», dijo en referencia a un gravamen que pesa sobre todos los contratos. «La tasa de vivienda también hay que reformarla, porque es el impuesto más injusto que existe», dijo Strauss-Kahn, «pero este año hay que elegir entre la una o la otra».
La tasa sobre la vivienda penaliza a los habitantes de una casa según la superficie y la cotización en el mercado inmobiliario del barrio. No tiene en cuenta los ingresos del contribuyente, de manera que ayuda a expulsar de los mejores barrios a quienes perciben rentas bajas.
Otro impuesto que puede desaparecer, al menos en su versión actual, es la tasa por poseer un televisor, próxima a las 15.000 pesetas anuales. Creada a principios de la década de los setenta, sirve para financiar un 60% del presupuesto de la radio y la televisión públicas. El Gobierno de Lionel Jospin quiere suprimirla y refundirla en el impuesto sobre la renta. El 95% de los franceses tiene un televisor, y resulta más barata una desgravación para quienes no lo poseen o tienen un muy bajo nivel de ingresos. La tasa actual se come en burocracia el 15% de lo que recauda.
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