_
_
_
_

El Extremadura, un valor al alza

El equipo de Almendralejo regresa a la Liga de las estrellas

Una de cada tres personas que viven en ALmendralejo (30.000 habitantes) acude al campo Francisco de la Hera para animar a su equipo. El fútbol convertido en pasión diaria. Añádase la fuerza de voluntad, el carácter y la ilusión de un pueblo para entender cómo una pequeña población del medio rural extremeño, se aupa por segunda vez a la Liga de las Estrellas. «Los milagros sólo pueden conseguirse en una situación como ésta. Y el milagro del Extremadura es haber sido capaz de meter cada domingo en nuestro estadio a 10.000 personas», reconoció Pedro Nieto, el presidente del club, eufórico con el nuevo ascenso.En una tierra laboriosa, de viñedos y olivares, el cura don Jesús, carismático personaje ligado al club, soltó una de las suyas: «Sin menospreciar a los caldos de esta tierra, hoy tendremos que brindar con vino de Rioja« Y es que el Logroñés precipitó ayer los acontecimientos: «¿Cómo van?». Sobre el tractor que circulaba a un ritmo pausado, frente al quiosco de Kiko Marrufo, un agricultor preguntó por el resultado del partido Las Palmas-Logroñés: «¡Venga ya!», explicitó incrédulo. Nadie en Almendralejo imaginó un domingo tan plácido. Al mediodía parecía una ciudad fantasma. Calles desiertas y sólo algunos parroquianos en los bares contemplando el partido por televisión. El primer gol del Logroñés ya avisó de que algo ocurría tras los muros de las viviendas. Con el tercero la gente se echó a la calle y tras el cuarto se inició la fiesta.

Desde la peña Biri Biri, situada en el primer piso de un inmueble cercano a la fuente del Riñón, donde la gente desató su alegría bañándose, una gigantesca goma se deslizó hasta la calle. Fue el método elegido para hacer llegar cava a todos los que se encontraban abajo. A pocos metros, en la peña El Harén, muchachas con el rostro pintado de azul y grana saludaron el paso de Glucevic y Tirado. «Que se jodan los que se fueron». Tirado tenía así un duro recuerdo para los que abandonaron el barco en Segunda. A su lado, Ramón Ruiz, el vicepresidente, recordaba el capital social del club: «Ciento seis millones de pesetas y algunos millones en la cartilla de ahorro», decía jactándose de esa condición de equipo hormiga que rodea al Extremadura.

Glucevic, el goleador, era un hombre feliz y el más reclamado por la afición femenina. Juanito, que ayer cumplió 33 años, mostraba su satisfacción: «Estoy muy a gusto aquí. Compré acciones por cariño», decía respondiendo a la pregunta de si el Extremadura era un valor en alza. El técnico, Rafa Benítez, con semblante tranquilo y relajado, tuvo palabras de cariño para la ciudad: «¿qué tiene Almendralejo? La gente está volcada con el equipo. Ese cariño especial que se le tiene al club hace que todos nos motivemos mucho y que sea algo especial».

Más de 10.000 personas se concentraron en el campo Francisco de la Hera para rendir tributo a sus ídolos. Después, en los aledaños de la ermita de la Piedad la fiesta continuó. El alcalde, Manuel Jesús Morán, se refirió al Extremadura como «uno de los grandes clubes de España». El capitán, Pedro José, pedía disfrutar en la vuelta la Liga de las Estrellas. El presidente, Pedro Nieto, no prometió nada, «sólo trabajo y humildad», y dedicó el ascenso al hijo del jugador Manuel, fallecido hace unos meses. Hubo recuerdos para la localidad gallega de A Rua, segunda casa del Extremadura. Don Jesús, el párroco, barrió para casa, evocando palabras bíblicas: «Hágase tu voluntad, y se hizo».

Pocos apostaron por el retorno del Extremadura a Primera. Se logró con un presupuesto de 525 millones, sin sus estrellas de la temporada anterior (Montoya, Basualdo, Ito...), pero con un trabajo serio, disciplinado, en un clima de tranquilidad que vio el retorno de Manuel, el ascenso de Glucevic, la brillantez de Fredi, la labor oscura y eficaz de Pedro José, el protagonismo del portero Amador, la inteligencia de Eraña... El Extremadura, otra vez enganchado en lo más alto, precisamente cuando se dispone a cumplir el 75 aniversario de su creación.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_