El secretario general evita pedir el apoyo de los 'barones'

El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, quiere evitar a los líderes regionales de su partido posibles conflictos internos en sus federaciones si se decantan por él o por José Borrell como candidato a La Moncloa. Por eso ha renunciado a pedirles su apoyo a través del Consejo Político Territorial, el órgano que reúne a los 19 secretarios generales de las federaciones socialistas."A Joaquín Almunia le van a llegar los apoyos por tierra, mar y aire". Este pronóstico de un miembro de la Ejecutiva Federal no va a cumplirse tan sólo en uno de los supuestos que permite el reglamento de elecciones primarias.

De las cuatro vías por las que se puede llegar a ser candidato a la presidencia del Gobierno, Almunia ha utilizado tres: la firma del 7% de los militantes, alrededor de 26.000; el respaldo de 31 de los 203 miembros del Comité Federal (la misma fórmula a la que se ha acogido Borrell) y, por último, el apoyo de la Comisión Ejecutiva Federal, que pedirá el próximo día 6 de abril.

El reglamento establece que la ejecutiva puede proponer a un candidato a la presidencia del Gobierno si "por mayoría" se decide a hacerlo. Precisamente José Borrell es miembro de la ejecutiva por lo que es de suponer que Almunia no contará con su voto.

La cuarta opción para ser candidato es obtener el aval de la mayoría de los miembros del Consejo Político Territorial, que agrupa a los 19 secretarios generales del PSOE, los llamados barones. Almunia ha renunciado a pedir el respaldo de este órgano para preservar a los líderes regionales de la contestación interna que pudieran tener en sus federaciones si optan por el candidato que no resulte vencedor. También podría suceder que un secretario regional apoye a un aspirante y su opción no sea compartida por la mayoría de la militancia socialista.

Votación secreta

Esto ha hecho pensar a Almunia, según personas de su entorno, que lo mejor es que sean los militantes, en votación secreta, quienes el próximo 24 de abril se pronuncien por uno u otro. Borrell ya había pedido que los barones se abstuvieran de pronunciarse en favor de uno de los dos aspirantes. Su interpretación es que muchos militantes pueden dejarse llevar por la opinión de su ejecutiva por mera disciplina y entender que, si su secretario regional recomienda una opción, será por bien del partido.Estas consideraciones sobre la fuerza de los aparatos no son del gusto de los partidarios de Joaquín Almunia, quienes repiten que el secretario general está dando muestras prácticas de que no quiere contar con ventajas. Aun así, no dudan de que la mayoría de los secretarios regionales le apoyan, aunque no expresan tanta certeza cuando se les pregunta cuál será la opinión mayoritaria de los militantes.