Exhibición ofensiva del Valencia

El Valencia se ha tomado tan en serio su particular carrera por entrar en la UEFA, que sus planteamientos osados, habrían sido calificados de suicidas hace sólo dos meses. Ranieri no especula. Sólo le vale la victoria y ayer lo demostró en La Romareda dando entrada en el descanso a Ortega y López, para formar junto a Illie y Angulo una línea que maravilló por su verticalidad, su capacidad de intimidación y su fantasía.Hasta ese momento, en el primer periodo, quien había marcado el ritmo había sido el Zaragoza. Pero la diferencia entre ambos equipos es que los aragoneses perdonaron y el Valencia ajustició. Luis Costa, con un equipo de circunstancias forzado por las bajas de hombres básicos como Belsué y Acuña, arriesgó con un sistema similar al del Valencia, con dos puntas y un tercer hombre, Jamelli, entre líneas. La fuerza de José Ignacio en el centro del campo y los servicios de Aragón y Kily González dejaron cortado al equipo levantino que no llegó una sola vez ante Juanmi. Por contra, Pier y Yordi dispusieron de dos ocasiones ante Zubizarreta que aún deben estar preguntándose cómo no fueron capaces de batirle.

Ranieri no lo dudó. Rompía el partido o el Valencia tenía muy difícil la lucha por el triunfo. Provocó la revolución mencionada y todo le salió a pedir de boca. Su equipo se adueñó del balón, dominó territorialmente con lanzamientos largos y cambios de orientación y se aposentó en las inmediaciones de Juanmi para no dejar dudas.

Fueron sólo 45 minutos, los suficientes para demostrar que la segunda vuelta del Valencia no es casual. Con Illie en punta, López y Angulo abiertos a las bandas y Ortega como enlace, el Valencia rompió un partido que en el primer periodo se le había puesto cuesta arriba. Fue simplemente cuestión de velocidad, control técnico y desplazamientos diagonales para descolocar al rival.

Las ocasiones se sucedían ante Juanmi con tal continuidad que sólo un golpe de suerte podía evitar el gol visitante. Llegó en la acción más tonta, en un centro de Illie que rebotó en Sundgren y provocó un efecto extraño en el balón. López redondeó el resultado con un magnífico gol servido por Ortega. Fue el mínimo premio que merecía por su despliegue y su ambición. Un resultado que mete definitivamente al Valencia en la lucha europea y deja al Zaragoza donde ha estado toda la temporada, en tierra de nadie.