Explosiva victoria de Etxebarria en la segunda etapa de la París-Niza
Un ciclista español con la victoria en los genes. Albricias. Un ciclista español que sabe ganar etapas ante los mejores del mundo. Campanas a vuelo. David Etxebarria, de 24 años, es el prodigio. El corredor vasco de la ONCE, ganador del Tour del Porvenir en 1996, se está labrando un buen palmarés, un hueco importante, a base de victorias de prestigio. Grande fue la que logró hace un año en la Vuelta a Suiza; grande también fue la que consiguió ayer en la segunda etapa de la París-Niza. Una explosión de fuerza en los últimos metros de un duro final en cuesta. "Un repecho durillo, de esos de quitar plato", explica Manolo Sáiz, su director. Demostró, el joven de Abadiño, potencia y saber estar, saber aprovechar al máximo sus medios. Fue el último en saltar en un momento en que cada metro era un intento de salto.
Franck Vandenbroucke (Mapei), tercero ayer, sigue líder, con 12 segundos de ventaja sobre Laurent Jalabert (ONCE) (sexto en la etapa). El duelo entre ambos, en el que podrían entrar los festinas, los casinos y los rabobank, promete ser apasionante.
La etapa (170 kilómetros llanos entre Montereau y Sens) fue dura, muy dura. Corrida al estilo ONCE. Control en los primeros kilómetros y llegado el avituallamiento, abanico aprovechando el viento. 40 por delante. Los demás, desperdigados en innumerables pequeños pelotones. Todos sufriendo. "Hemos sufrido demasiado", dice Eusebio Unzue, director del Banesto, que colocó a Arrieta octavo en la etapa y a Mancebo 13º en la general. "Nosotros teníamos a cinco en el segundo grupo, pero por delante [aparte de la ONCE, iban también los Mapei de Vandenbroucke] colaboraban todos. El tiempo subía, y llegaron a poco más de un minuto, pero se dieron cuenta de que les faltaban Zarrabeitia y Marcelino García y pararon. Además, quedaban 120 kilórnetros".
El miércoles, batalla
Los analistas hablaban de que la París-Niza empezaría a resolverse con las bonificaciones, es decir, señalaban con el dedo la velocidad de Jalabert, pero ayer fue, en todo caso, Vandenbroucke, ganador del prólogo, quien las aprovechó y sumó 5s a los 7s que había logrado en el prólogo sobre el francés. "No podemos ir a por las bonificaciones", dice Sáiz. "Tenemos que esperar a ver la capacidad de recuperación de Jalabert, que ha estado cinco días con fiebre. Tenemos que esperar a ver cómo se aclimata a los esfuerzos".Sin embargo, la ONCE no cuenta sólo con el francés para ganar la prueba. Y mientras todos esperan a que la solución se dicte el jueves, con la llegada en alto al col de La Republique, anuncia otras intenciones. "El miércoles puede pasar algo", dice. "Hay un par de puertos y podremos ver quiénes se quedan por delante". "Con lo bien que le andan todos a la ONCE", apostilla Unzue, "pueden intentarlo en cualquier terreno".
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