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FÚTBOL 26ª JORNADA DE LIGA

Otra tarde del Sporting para olvidar

Pasado el fervor de la primera victoria, el sportinguismo empieza a desentenderse del equipo en su temporada más aciaga. Todo era favorable para el Valladolid ayer y lo rentabilizó con el mínimo esfuerzo. Aguantó el empuje inicial gijonés y esperó dos fallos para marcar los goles que le alejan de la zona peligrosa.

La mayor ovación del escaso público que acudió ayer al campo fue para el gol de Juanele al Madrid en Tenerife. Todo un síntoma de la realidad actual del Sporting. Atrapado entre un hoy lamentable y un mañana incierto, el público de Gijón se vuelca con su pasado más glorioso. La imagen de Juanele en el video-marcador saludando tras el gol a Cañizares fue lo más emotivo en otra tarde-noche para olvidar.

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El arreón inicial del Sporting apenas sí sirvió para provocar un par de barullos en el área, antes de que el Valladolid Firmase una jugada limpia que acabó con un remate embarullado pero suficiente para engañar a Lekovic. El sustituto de Ablanedo agotó ayer su crédito y la gente empezó a dedicarle el mismo tratamiento que a su antecesor, con silbidos y murmullos cada vez que le llegaba el balón.

Con el segundo gol el partido ya perdió todo el interés porque era una utopía pensar en un resurgimiento del colista de la Liga. Ni siquiera con el balón en el punto de penalti pudo marcar el Sporting, cuando al borde del descanso Luna forzó la caída ante César. Nikiforov, un consumado especialista antes de su llegada a Gijón, arruinó las mínimas esperanzas de ver un segundo tiempo interesante.

Con El Molinón casi vacío el segundo tiempo se convirtió en un trámite insufrible. Sólo fue apto para el medio millar de aficionados del Valladolid que asistieron con toda tranquilidad a 45 minutos para la basura. El Sporting forzó alguna oportunidad, pero repitió los fallos que le han hecho acreedor a la vergüenza de ser el equipo con peor puntuación de las principales ligas europeas.

El gol postrero de Trotta, que el público casi ni celebró, fue una especie de venganza personal del argentino contra Díaz Novoa. El técnico asturiano le tuvo cinco jornadas consecutivas fuera del equipo.

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