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Entrevista:FÚTBOL

"Hay que conservar el humor, el amor y la lealtad"

Modula su voz para expresar irritación, serenidad, convicción. Gesticula constantemente y podría pensarse que desaprovechó dotes de actor. Pero a él, Claudio Ranieri, de 46 años, desde pequeño sólo le interesó el fútbol. Como jugador, recuerda que fue un defensa "duro, muy duro", con más de 200 partidos en la serie A. Como entrenador, sacó petróleo de equipos modestos: el Cagliari, el Nápoles, el Fiorentina.

Pregunta. ¿A Valencia vino para ganar dinero o para recuperar el prestigio?

Respuesta. Me gustaba la idea de ir a entrenar fuera. El Valencia es el tercer equipo de España. Yo ganaba más dinero en Italia y no tenía el prestigio perdido: estuve cuatro años en el Fiorentina, donde gané la Copa italiana, la Supercopa italiana y un tercer puesto en la liga.

P. ¿Y por qué Maradona dijo que usted no era nadie en Italia?

R. Maradona puede decir lo que quiera, pero mejor que hable en el campo. El no sabe nada de Italia.

P. ¿Se considera representante de la escuela italiana?

R. Sí, pero los que piensan que el fútbol italiano es el catenaccio están en la edad de piedra. Cuando llegó Arrigo Sacchi, el pensamiento de muchos técnicos jóvenes cambió: él abrió los ojos a todos.

P. Pero Di Stéfano dijo que los italianos mataron el fútbol.

R. El fútbol italiano es muy difícil. En 25, 30 metros se juega todo. Hay muchísima presión: dentro y fuera del césped. Se piensa siempre en jugar más rápido, todos los equipos, parece un flíper. En España los equipos son más anchos, más largos, más pausados, aunque aquí hay jugadores de mucha calidad.

P. Habla de presión, pero el presidente del Valencia, Pedro Cortés, quiere echarlo un día sí y el otro no.

R. La relación con los directivos es más difícil en Italia que aquí. A mí Cortés no me ha dicho nada. Pero me he comprado un collar de acero para que sea más difícil cortarme el cuello.

P. Recurre al humor hasta en los peores momentos.

R. El humor, el amor, la lealtad y el trabajo hay que conservarlos siempre.

P. Usted perdió su credibilidad en el vestuario cuando Romario le gritó delante de sus compañeros que él salía por las noches cuando quería.

R. No. ¿Usted sabe lo que yo le dije a Romario? Entonces por qué dice que yo perdí credibilidad. Yo le dije lo que pensaba a él delante de todos. Le hablé muy claro a Romario.

P. Sin embargo, con el pulso que ha mantenido con Ortega parece haber recuperado el crédito ante la plantilla.

R. A mí me gusta limpiar los trapos sucios en el vestuario. El caso de Romario lo lavé en el vestuario. Ortega, en cambio, sacó los trapos sucios fuera, y eso no me gusta.

P. ¿Por eso díjo que Romario era más inteligente que Ortega?

R. (Asiente).

P. ¿Roig le exigió que jugara Romario?

R. Una vez, en Nápoles, un presidente me dijo: este jugador no debe jugar. Yo le dije: usted lo echa fuera de la plantilla, yo no. El presidente me responde: si este jugador juega, usted se marcha. Este jugador jugó y yo me fui. Yo tengo una palabra y miro a todos a los ojos.

P. ¿Sabía que Zubizarreta y Camarasa intercedieron para que no le destituyeran

R. Entonces, ¿por qué me ice usted que yo perdí la cara delante de Romario? Yo no sé si los jugadores se reunieron con el residente, pero me halaga si fue así.

P. ¿Cómo se atrevió a decir que no le interesa la posesión de balón?

R. Es que no me gusta: aquí está mi porteria, aquí la otra: yo me voy recto y marco más goles. En tres segundos se puede hacer un gol. Aquí, en España, se piensa que si se juega bien y se marcan más goles.¿Usted quién cree que tiene más balón: el Baça o nosotros?

P. El Barcelona. (Ranieri se levanta y sale del despacho donde se celebraba la entrevista. Regresa, sin embargo, al instante con una estadística del diario Marca).

R. Antes del Barça-Valencia de Liga, el Barcelona tenía 251 tiros a puerta; el Valencia, 260. Balones al área: Barça: 297; Valencia: 452. Tú tienes el balón una hora y haces esto; y yo lo tengo media hora y hago mucho más. Eso para mí es fútbol.

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