_
_
_
_
_

Sanz pide "unidad y ánimo" a la plantilla

Diego Torres

Lorenzo Sanz, Jupp Heynckes y la totalidad de la plantilla, a excepción de Chendo (lesionado), se reunieron ayer durante tres horas en un almuerzo para aunar fuerzasen un intento de que el Madrid supere su crisis. El presidente pidió "unidad y ánimo" a los jugadores y al técnico. Sanz fue el único que habló de manera oficial durante la reunión, aunque el ambiente, al parecer, fue relajado, y hasta hubo tiempo para las bromas. Fue una terapia de grupo antes del partido contra el Deportivo. Sanz insiste en que Heynckes no corre peligro, pero los resultados decidirán su futuro.

Tras la reunión todos dicidieron callar. Hubo pacto de silencio. Incluso apagaron sus teléfonos móviles. Sólo Roberto Carlos dijo algo: "Si se mantiene el ambiente que hay ahora mismo, el equipo irá muy lejos. Esta escuadra va a ir muy lejos". Cualquier palabra en estos días despierta cierta incredulidad: "Lo cierto es que los problemas se van a acabar cuando ganemos partidos", dijo Cañizares antes de la cita. "Hay que jugar más y hablar menos", insistió Redondo.Luego, se encerraron a solas durante tres horas. Sanz pidió que los camareros salieron de la sala y habló. Fue el único que lo hizo. Al abandonar el restaurante, el presidente murmuró un "todo está bien" por lo bajo, rematado con un "no quiero hablar". Minutos antes se retiraba el cuerpo técnico con Heynckes a la cabeza. Tras él, el preparador físico Ángel Vilda, el entrenador de los porteros, Miguel Ángel, y Pirri. Sanz permaneció en el establecimiento un rato más, en compañía de Hierro, Karanka, Roberto Carlos, Guti y Raúl. Todos salieron con la mirada clavada en el suelo, cortando en silencio la multitud de fotógrafos, cámaras y seguidores.

La mañana de la cumbre amaneció soleada, ideal para entrenarse. Echaron un partidillo de diez contra diez en la Ciudad Deportiva. A Heynckes se veía distinto: daba órdenes, detenía el juego, reunía a sus hombres a la señal de un gesto destemplado. Gesticulaba sin parar y sus formas eran más enérgicas que de costumbre. Incluso algunos aficionados comentaron que les recordaba a Capello. Roberto Carlos, tras el entrenamiento, habló. "Tenemos que volver a ser una familia..." ¿Es que acaso no lo habéis sido hasta ahora?, le preguntaron. "Después del partido contra el Valencia hubo problemas, uno que se enfadaba por aquí, otro que lo hacía por allí". Para concluir señaló: "Hay que revertir la situación dentro de las cuatro líneas del campo y hablar rnenos".

Esa mañana, dentro de las cuatro líneas del campo de la Ciudad Deportiva, Karembeu lució el peto azul de los titulares en el centro de una defensa de excepción. A su derecha, Jaime, y a su izquierda, Sanchis y Roberto Carlos. Un ensayo que dejaba a Panucci fuera de la defensa titular, a tres días de su visita al Deportivo. Perdieron los titulares (2-1).

Durante la sesión, Fernando Sanz sufrió un fuerte golpe en la cadera en una jugada con Karembeu. El jugador sintió cómo la pierna se le dormía y hubo momentos de preocupación. Los médicos le trasladaron a una clínica para realizarle unas placas que revelaron que sólo se trataba de un golpe. "No sentía la pierna y para quedarnos más tranquilos me han llevado a la clínica. Me han puesto varias inyecciones. Ahora me encuentro mejor". Sanz soñaba con el partido de Riazor, pero si tenía alguna posibilidad de jugar, por pequeña que fuera, ésta ha desparecido. A la pregunta de ¿Ahora a descansar?, respondió Sanz: "Te parece poco descanso el que llevo".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_