Más de 2 millones por peseta invertida

Esta semana, alguien ha hecho en Burgos la inversión de su vida. A cambio de un boleto de tres apuestas, por el que se pagaron 600 pesetas, recibirá 1.281 millones, los que han correspondido al único acertante de los seis números del sorteo de la Lotería Primitiva del pasado jueves. Echando cuentas, el nuevo multimillonario o multimillonaria ha recibido una rentabilidad de más del 200.000.000 por ciento por su inversión, unas cifras que marearían al broker más curtido.Además, el boleto en cuestión sirve a su propietario para participar también en el sorteo de hoy, sábado, en el que está en juego otro jugoso bote de más de 900 millones. Si el azar le fuera de nuevo propicio como único acertante, obtendría con toda seguridad otro premio que superaría los mil millones.

Aunque, como suele ocurrir en estos casos, todavía no se ha podido determinar la identidad del ganador, fuentes del establecimiento donde se selló el boleto -el bar Mayoral Hijo, ubicado en la avenida del Cid de la capital burgalesa- han podido deducir que el boleto premiado fue llevado al establecimiento por una mujer de edad avanzada que acudió acompañada por sus dos hijas.

"Yo me alegro tanto como si me hubiera tocado a mí", decía ayer Antonio Mayoral, propietario del establecimiento. No es la primera vez que el bar de Antonio reparte millones: en 1994, junto a esta misma barra, se selló un boleto al que le correspondieron 186 millones de pesetas, y otras fuentes señalan que en cuatro ocasiones el establecimiento ha vendido boletos agraciados con el gordo de la Lotería de Navidad. Por lo menos, aunque los Mayoral no se hayan hecho millonarios gracias a las apuestas del Estado, es de suponer que el aluvión de curiosos y periodistas que ayer invadieron el local les haya permitido hacer una sustanciosa caja al final del día.

En el bar Mayoral se rellena cada semana alrededor de un millar de boletos, tanto de personas residentes en Burgos como de viajeros que aprovechan su paso por la capital para tentar a la suerte. El establecimiento dispone de una máquina que permite rellenar automáticamente los boletos para el sorteo correspondiente. No es el caso de la acertante del boleto millonario, que, según comentó el propietario del establecimiento, había escrito su combinación a mano.

A primera hora de la mañana de ayer, el boleto premiado ya había sido depositado en la oficina central de la Caja de Burgos. Uno de sus empleados comentaba a EL PAÍS que al principio en la ventanilla recibieron con escepticismo a la persona que acudió a poner a buen recaudo la papeleta. "Llegamos a realizar algunas, llamadas para confirmar que el boleto era el premiado y que la cantidad era la que nos decía su portador", explicaba el empleado bancario.

El premio del pasado jueves es el mayor que la Lotería Primitiva deja en Burgos y el cuarto más grande de toda su historia, según fuentes de la Organización Nacional de Loterías y Apuestas del Estado (ONLAE).

El mayor premio repartido hasta ahora correspondió a un boleto sellado en la localidad barcelonesa de Calella en noviembre de 1994: un inmigrante africano se llevó 2.372 millones de pesetas tras acertar los seis números correspondientes a, las cifras de su pasaporte. El segundo premio más abultado, 1.692 millones, se lo repartieron en septiembre de 1996 ocho amigos que jugaban habitualmente en el bar de uno de ellos en la localidad asturiana de Repedroso.

Nada se sabe, en cambio, del afortunado con el tercer premio más grande en la historia de la Primitiva: tan sólo que a su boleto, sellado en la localidad vizcaína de Basauri en marzo del año pasado, le correspondieron 1.535 millones. Desde ayer, la cuarta en esta lista de millonarios instantáneos puede ser una mujer burgalesa que se gastó sólo 600 pesetas en un sueño.