El Gobierno de Japón fija en el 1,9% el crecimiento para el año fiscal de 1998
El Gobierno japonés fijó ayer en el 1,9% el crecimiento económico previsto para el año fiscal de 1998, que comienza el próximo 1 de abril, pese al precario estado en que se encuentran sus finanzas. Un informe difundido ayer señala que las empresas declaradas en bancarrota durante 1997 suman una deuda de 14,02 billones de yenes (16,82 billones de pesetas), un 75,4% más que en 1996, una cifra sin precedentes desde el final de la segunda Guerra Mundial. El Gobierno aprobó ayer un plan de saneamiento que remitirá al Parlamento.
El año fiscal 1997, que en Japón concluye el próximo 31 de marzo, puede ser el primero en que la economía japonesa registre un crecimiento negativo en los últimos 24 años. El Gobierno analizó la situación con urgencia a finales del año pasado y decidió abrir la legislatura una semana antes de lo habitual. En la primera semana de discusiones, las finanzas están ya sobre la mesa y la insistente llamada al consenso a los partidos de oposición del primer ministro, Ryutaro Hashimoto, trata de enderezar la economía en el último trimestre del año fiscal.Las promesas para el saneamiento económico que el primer ministro Hashimoto ha venido lanzando desde el comienzo de la crisis japonesa el pasado noviembre van a ser difíciles de cumplir, ya que cuando concluya el año fiscal 1997, su economía puede haber perdido el 0,1 % que el Gobierno aún espera que crezca.
Ayer, el instituto Teikoku Databank hizo públicos unos datos escalofriantes para el empresariado japonés. En 1997 las deudas de las empresas japonesas que se declararon en bancarrota (16.635 compañías en total, un 12,5% más que en 1996) alcanzaron los 14,02 billones de yenes (16,82 billones de pesetas). Se declararon en bancarrota 10 empresas de las que cotizan en la Bolsa de Tokio, entre las que destacaron el banco Hokkaido Takushoku, Sanyo Securities y Yaohan Japan.
Con todo, el primer ministro Hashirnoto consiguió ayer transmitir un nuevo estímulo a la Bolsa, que subió por cuarto día consecutivo, al indicar que podrían ser "ompatibles", con las medidas adoptadas ya por el Gobierno (recorte de impuestos y aprobación de un presupuesto adicional para el año fiscal en curso), nuevas reformas fiscales. El índice Nikkei ganó 215 puntos (1,3%).
"No voy a permitir que se desencadene una crisis económica mundial por culpa de Japón", subrayó el primer ministro tras una nueva sesión en que la oposición le interpeló en la Dieta (Parlamento nipón) acerca de las medidas de reflotamiento, que se continúan demorando, para asistir a las entidades financieras del país.
Entre las medidas previstas se encuentra la emisión de obligaciones con la garantía del Estado por un total de 30 billones de yenes (36 billones de pesetas) que se dedicarán a aminorar las cargas financieras del sistema bancario. El primer minisistro mostró su malestar por el nuevo escándalo que salpica a la burocracia nipona y a la agencia de valores Nomura.
El Ministerio de Finanzas anunció ayer que estudia imponer una sanción administrativa que podría significar la retirada de la licencia de negociación de Nomura si se confirma que la iniciativa de soborno (ver fotografía) partió de la compañía y no de los dos directivos.
Por su parte, el premio Nobel de Economía, Merton Miller, de visita en Hong Kong, culpó a Japón de haber ocasionado la crisis asiática. "Ahora podemos señalar al auténtico culpable: la debilidad del yen", afirmó Miller, que instó a las autoridades niponas a actuar de forma contundente para sanear su economía y sacar del bache a la región. El yen se recuperó ayer frente al dólar y se cambiaba a 128 unidades por dólar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.