La Liga, a la baja
El campeonato sigue a la baja. El fútbol sideral que se anunciaba en el verano no aparece por ningún lado. La Liga no corresponde a las etiquetas grandiosas que le habían colgado. Y la descomunal inversión de los clubes, que continúa sin freno, no se justifica. No hay equipos que deslumbren, ni siquiera los que gobiernan la clasificación. Sólo los entrenadores parecen satisfechos. Pero los aficionados, los directivos y hasta los jugadores se aburren. La cuestión, eso sí, tiene un punto interesante: como las escuadras, por lo mediocre de su juego, se han igualado, cualquier resultado es posible. No importan los escenarios ni los contendientes.El Madrid se colocó ayer como líder provisional, y anda que le importó a sus seguidores. La hinchada de Chamartín despidió con una atronadora bronca a su equipo. Acababa de ganar al Salamanca (1 -0), de sumar tres puntos jugosos, pero su fútbol volvió a dejar que desear. Lorenzo Sanz, el presidente, calificó el juego de los suyos de "desastroso". El conjunto blanco se cose a la buena forma de Karembeu y Savio, cuando la cojan, para mirar el futuro con esperanza. Pero su presente es crítico. Los problemas se le acumulan.
Otros se agarran a los árbitros. Es el caso del Atlético, que sigue aferrado a la teoría de la conspiración, a esa supuesta persecución de la Federación contra Gil en forma de malos colegiados, para justificar su cuesta abajo, cuyo último episodio fue la derrota del sábado en Valladolid (2-1). A los rojiblancos no les queda fútbol, ni ánimo. Su situación es alarmante, pero sus jefes prefieren, de momento, mirar para otro lado.
Mientras, la Real rompió en Santander (3-1) una racha liguera sin perder que se remontaba a la tercera jornada. El Betis permanece agazapado en la sombra, con dos partidos pendientes, pero en evidente crecida. Ayer, los de Luis Aragonés, pese a jugar más de medio partido en inferioridad numérica, saldaron su visita a San Mamés con empate. Y el Tenerife -no podía ser de otra manera- cogió aire a costa del Sporting (2-1).
Hoy cierran la jornada en el Camp Nou el Barça y el Valencia. Un cartel en otro tiempo prometedor. Pero la salud de la Liga invita a no hacerse ilusiones. El pesimismo se impone.
Páginas 46 a 52
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