Roig pone su cargo en manos del Consejo

"No es una pantomima", advirtió el presidente del Valencia, Francisco Roig, cuando anuncio que mañana se reunirá el Consejo de Administración del club y decidirá si le destituye o no. "Como representante de la afición, los consejeros que me hicieron presidente, tendrán la facultad de relevarme del cargo agregó Roig.

Ayer, tras la derrota del equipo y los gritos de la gente, los consejeros se reunieron desde poco después de la conclusión del partido hasta pasadas las 21.00 horas. No hubo más declaraciones que las de Roig.

La primera interpretación ante la posible marcha de Roig es de escepticismo: el Consejo está formado por gente incapaz de plantar cara al presidente. Pero puede que Roig esté ya tan quemado que no le quede más remedio que buscar sustituto. Uno de ellos es Pedro Cortés, actual vicepresidente y consumado experto en descensos -comandó el club en el único descenso de su historia (1986)-Si Cortés se alió en su día con Roig, a pesar de los insultos que éste le dirigió, fue para asaltar en su día a la presidencia.

Roig vive así su peor momento desde que accediera a la presidencia, en marzo de 1994. Aunque ya ha vivido otras situaciones muy delicadas. Por ejemplo, cuando, tras perder la final de Copa del Rey ante el Deportivo, en junio de 1995, se le rebeló parte del Consejo, aunque finalmente no se atreviera a destituirlo. La situación actual es mucho más complicada. Roig se siente hostigado por muchos flancos: la pésima clasificación del equipo, la oposición de buena parte de la afición, y la postura firme de la Fundación del club, que se ha enfrentado a Roig en los tribunales: espera que el juez anule antes de que acabe el año la ampliación, de capital por la que Roig domina la entidad. "Entiendo que le gente esté enfadada", replicó ayer Roig. "Entre lo que era nuestro proyecto y la situación en la que estamos, va del cielo a la tierra".