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La ballena varada no resistió

Fue un esfuerzo sin recompensa. Durante siete horas, cuarenta personas intentaron. mantener húmeda a una gran ballena varada en la mañana de ayer en la playa de Oriñón, cerca de Castro Urdiales (Cantabria). Baldeaban agua incansables sobre las mantas con que habían cubierto al voluminoso cetáceo, de 19,5 metros de longitud y 70 toneladas- de peso. Dos barcos estaban ya dispuestos para devolverla al agua cuando llegara la pleamar, a las 16.50. Una excavadora había abierto un canal para facilitar el rescate. Pero la ballena murió dos horas. antes. El director del Museo Marítimo del Cantábrico, en Santander, donde hoy le harán la autopsia, cree que el animal estaba enfermo. Las ballenas poseen un esternón minúsculo en relación a su gran tamaño, por lo que, cuando varan, su propio peso les impide respirar y se asfixian.

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