La armónica del viejo maestro Carey Bell resurge en Suristán
Viejo, desdentado y genuino como quedan pocos, el bluesman Carey Bell arriba esta noche en Madrid con su voz contundente, la armónica implacable y el peso de la sabiduría como aliados. Ha superado ya los 60 años, pero su último disco, el recién publicado Good luck man -en Alligator, un sello clásico de este género-, confirma que la visita llega en buena ocasión. Bell es uno de los legítimos pioneros del blues eléctrico de Chicago, un hombre que, como ya hiciera el maestro Muddy Waters, lleva más de tres décadas sacando chispas de los cuatro viejos acordes paridos a orillas del lago Michigan.
Carey Bell. Hoy, a las diez de la noche, en la sala Suristán (calle de la Cruz, 7; metro Sol). 1.500 pesetas.
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