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Defensor del Soldado denuncia que el sorteo de excedente de cupo "no ha sido igualitario"

Miguel González

La Oficina del Defensor del Soldado (ODS) considera que el sorteo del excedente de cupo celebrado ayer por la mañana, en virtud del cual 16.442 jóvenes quedaron eximidos de hacer la mili en 1998, "no ha espetado el principio de igualdad de oportunidades, ya que no todos los números, y por tanto no todos los jóvenes, tenían las mismas probabilidades". Esta es también la opinión que han expresado a EL PAÍS los expertos, Francisco Michavila, catedrático de Matemáticas de la Universidad Politécnica de Madrid, y Javier Portela, profesor de Estadística de la Complutense.

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Carlos García, de la ODS, explicó ayer que el sorteo en el que se eligieron a los excedentes de cupo "estaba mal planteado" y "no fue en absoluto igualitario", pues algunos jóvenes, en concreto los poseedores de los números comprendidos entre el 16.442 y el 99.999, tenían un tercio menos de posibilidades que los demás.Por el contrario, los que contaban con más probabilidades, aunque no en la misma medida, eran aquellos cuyos números iban del 116.441 al 165.342 y del 1 hasta el 16.441, según sus estimaciones. El resultado del sorteo avaló esta hipótesis, pues la cifra seleccionada fue el 155.611, por lo que fueron eximidos de la mili los jóvenes con un número comprendido entre éste y el 165.342 y entre el 1 y el 6.710.

García aseguró que "bastan unas sencillas operaciones matemáticas para llegar a esta conclusión, por lo que no se entiende cómo el Ministerio de Defensa no ha sido capaz de resolverlo". La ODS, concluyó, apoyará a los jóvenes que quieran presentar recurso contra el resultado.

El sorteo, celebrado ayer por la mañana en el polideportivo de la Escuela Militar de Sanidad, en el barrio madrileño de Carabanchel, se celebró mediante, el siguiente procedimiento: se dispusieron seis bombos, con diez bolas cada uno. En el primer bombo había cinco bolas con el cero y cinco bolas con el 1 -ya que el número más alto posible era el 165.342, correspondiente al total de reclutas del contingente de 1998- y en los otros cinco, diez bolas con los los números del 0 al 9. Sacando una bola de cada bombo se formó una cifra de seis dígitos, de forma, que tanto el jóven al que correspondiera dicho número, como los poseedores de los 16.441 números siguientes quedaban eximidos de la mili.

Si entre el número elegido y el más alto, el 165.342, no hubiera 16.442 cifras -el total de excedentes a seleccionar- se seguía contando a partir del 0, de forma que la lista era circular. El primer, problema que se plantea es que el 0 y el 1, del primer bombo, con las mismas probabilidades, no correspondían a magnitudes homogéneas: con el 0 podían salir elegidos 99.999 números y con el 1, sólo 65.342, por lo que las cifras superiores a 100.000 tenían un plus de probabilidad. Como cada número repartía suerte entre los 16.441 siguientes, algunas cifras estaban afectadas simultáneamente por las probabilidades del 0 y del 1: las que van de 1 a 16.441 y de 100.000 a 116.441.

El problema se complicaba porque, una vez que salía el 1 en el primer bombo, se descartaban el 7, el 8 y el 9 del segundo -para evitar una cifra superior a 165.342- y lo mismo ocurría en los bombos sucesivos. En este caso, en vez de repetir el sorteo, desde el principio, se daba por bueno el 1 y se sacaba otra bola del segundo, pero ésta ya no tenía una posibilidad sobre diez -como ocurría con todos los números empezados por 0- sino una sobre siete, en una especie de "repesca" limitada a las cifras superiores a 100.000.

Por azar o por estadística, en el sorteo se produjeron todas estas circunstancias: el primer número elegido fue el 1, pero la bola que a continuación se extrajo del segundo bombo fue un 8, lo que hizo que se declarase nula y se repitiese la operación, saliendo esta vez un 5.

Francisco Michavila, catedrático de Matemáticas Aplicadas de la Universidad Politécnica de Madrid, aseguró, tras un primer análisis, que "las posibilidades de salir que tenían todos los números no eran las mismas. Hubiera sido necesario realizar el sorteo de otra forma. Por ejemplo, repitiendo la extracción de bolas desde el principio si el primer número era un 1 y el segundo, superior a 6.".

Para Javier Portela, profesor asociado de la Escuela de Estadística de la Universidad Complutense, "está claro que no todos los números tenían la misma probabilidad, aunque habría que estudiarlo para determinar en qué porcentaje sé produce el desequilibrio en cada tramo".

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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