El Gobierno francés debate con patronal y sindicatos la reducción de jornada
La reducción del tiempo de, trabajo, la famosa sea laboral de 35 horas propuesta por los socialistas franceses en su programa electoral, está en el corazón de una conferencia nacional "sobre el empleo, los salarios y el tiempo de trabajo" que hoy se abre en el Hotel Matígnon, residencia oficial del primer ministro, Lionel Jospin. Socialistas, comunistas y ecologistas, que gobiernan en coalición, propusieron crear empleo repartiendo el existente
.La propuesta será debatida a partir de hoy por 34 personas pertenecientes a cinco centrales sindicales, la federación de los sindicatos agrarios, los representantes de la patronal, de las asociaciones de profesiones liberales, de la pequeña y mediana empresa y de los artesanos, en presencia del primer ministro y de los titulares de la cartera de Empleo y Solidaridad (Martine Aubry), de Economía, Finanzas e Industria (Dominique Strauss-Kahn) y del secretario de Estado para el Presupuesto (Christian Sauter). Todos los indicios hacen pensar que el Gobierno se limitará a fijar un objetivo, las 35 horas semanales, pero no exclusivo ni circunscrito a un calendario o fecha límite. El equipo de Jospin necesita un margen de maniobra y parece buscarlo en los salarios y en las horas extraordinarias. Horas extras
,La transformación de las horas extras acumuladas cada año en las empresas francesas en nuevos empleos, a través del aumento de las cargas que las gravan, podría servir para dar trabajo a una masa de 110.000 a 230.000 personas, según las distintas estimaciones. Respecto a los salarios, el Gobierno sólo puede -Maastricht obliga- a proponer moderación, máxime cuando en julio ya decretó un aumento del 4% para el salario mínimo.
La patronal francesa es contraria a la reducción del tiempo dé trabajo por decreto ley. Su principal argumento es que en las empresas donde la reducción de jornada es posible la gente ya trabaja 35 o 32 horas semanales, como es el caso de una sociedad de Jean Gandois, el mismísimo presidente de la asociación de empresarios. En el pasado, Gandois contrató a la actual ministra de Trabajo, Martine Aubry, para relanzar Pechiney.
Su táctica consiste en pedir nuevos estímulos a la creación de empleo -sobre todo una reducción de las cotizaciones sociales- y rechazar cualquier solución impuesta. La patronal prefiera hablar de cómputo anual del tiempo de trabajo y reclama mayor flexibilidad de contratación y de horarios.
Los sindicatos están. divididos entre los que admiten las hipotéticas ventajas de una jornada reducida -CFDT, de orientación socialista, y CFTC, católico- y las centrales que ponen como condición previa y necesaria que los salarios sigan , siendo los mismos, que no se suprima ninguna complemento y que se mantenga el poder adquisitivo.
En esta última línea están la CGT (mayoritariamente comunista) y FO (de inspiración socialista y bien implantada en el sector público). En líneas generales, todos los sindicatos coinciden en reclamar al Gobierno de Jospin que se comprometa y actúe a través de una ley marco. Martine Aubry, número dos del Gobierno, ha lanzado estos últimos días mensajes tranquilizadores hacia la patronal, que había amenazado con no acudir a la conferencia si se le presionaba con un proyecto de ley.
La ministra ha recordado que "no hay que tomar ninguna iniciativa que reduzca la competitividad de las empresas" y se ha referido a la reducción del tiempo de trabajo como "una vía entre varias de las que pueden permitir reducir el paro".
Pero el Gobierno también ha tranquilizado a los sindicatos, insistiendo en que las empresas disponen ahora de fondos suficientes como para invertir de nuevo y les ha recordado a éstas que en cuatro años de Gobierno conservador han recibido "regalos fiscales" por valor de 130.000 millones de francos (3,25 billones de pesetas) sin, contrapartida de nuevos empleos.
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