"Los yugoslavos "venden" mejor"
Manel Comas (Barcelona, 1945) lleva apenas dos meses al frente del equipo de baloncesto del Barcelona, al que ha llegado después de una larga e itinerante experiencia (Cotonificio, Mollet, Joventut, Santa Coloma, CAI Zaragoza, Granollers, Cáceres y Taugrés) para sustituir a toda una institución, Aíto García Reneses, precisamente el entrenador con el que dio sus primeros pasos como ayudante en 1977.Pregunta. Con esa plantilla y 1.400 kilos de presupuesto, lo suyo es cosa chupada.
Respuesta. De chupado, nada. Porque por esa regla de tres tenemos el octavo presupuesto de la Euroliga. Tenemos una plantilla competitiva, pero hay siete por delante que han de tenerlo más chupado.
P. En cambio no existe esa sensación. ¿Van de prepotentes?
R. El Barça genera mucha ilusión y por eso hablamos más en letra grande de nuestros fichajes y presupuestos y en letra pequeña de los ajenos. 1.400 millones es mucho dinero, pero los hay con 2.000 y 2.500. Es la ilusión que generamos lo que hace que lo nuestro tenga más magnítud y resonancia que lo de los demás.
P. Pero ha hecho unas,declaraciones superoptirnistas.
R. No puedo decir lo contrario de lo que piensa la opinión generalizada. Predicaría en el desierto. Está claro que éste es un club con objetivos muy altos. Si llega un señor a un club con esos objetivos y los baja, ¿qué pinta?
P. Lorenzo Sanz le ha devuelto la pelota diciendo que el Madrid ganará la Euroliga en el Sant Jordi.
R. Como presidente del Madrid, mal presidente sería si no intentara picar a su gran rival. Pero no entraremos en esa guerra.
P. Tampoco Santos se ha quedado atrás: "El Barca no es tan fiero como lo pintan". ¿Lo pinta usted muy fiero?
R. También decían eso el ano pasado. Lo tuvieron todo a su
favor con el quinto partido en su casa y no pudieron ganar. Y tampoco pudieron ganar al Barca en la Copa cuando el Barça no estaba en su mejor forma.
P. ¿Es usted aitista? ¿Se siente un poco como el hermano mayor de Aíto?
R. Somos diferentes y creo que es palpable. No hace falta rascar mucho. Le tengo mucho respeto. Trabajamos juntos en una etapa que para mí fue muy interesante y me considero su amigo. Es compatible ser diferentes y en cambio tener algunos conceptos del baloncesto muy similares y otros muy distantes. Y llevamos muchos años en activo aguantando hornadas muy interesantes de entrenadores jóvenes. Si la palabra aitista existe, se me puede aplicar por
respeto y porque es amigo mío.
P. ¿Y eso no le hace eso sentirse viejo?
R. No me siento ni de largo con la edad que tengo.
P. Pero Aíto le metía caña a Djordjevic y usted le da tanta cuerda como puede.
R. He tenido la experiencia de cuatro años con una primera figura croata. Ellos son diferentes, tienen grandes virtudes en cuanto a su ambición ganadora y a su deseo de tener la pelota importante en el momento importante para ganar el partido clave, y estos aspectos, siempre y cuando no dañen a la dinámica de grupo, se deben potenciar.Creo que la relación con DJordjevic es muy profesional.
P. Mucho Aíto, mucho sheriff, pero siempre acaban ganando los técnicos balcánicos.
R. Bueno, bueno...
P. No me dirá que no es verdad. Llevan ganando las nueve últimas Euroligas.
R. Vale, vale, de acuerdo. Vamos a ver qué pasa. Yo acabo de aterrizar en la Euroliga.
P. ¿Por qué me dice entonces "bueno, bueno"?
R. Porque no sólo se trata de ganar la Euroliga. Hay que ver qué equipos tienen y qué presupuestos manejan, ver qué ha pasado. Hay que observar qué equipos han sido campeones de Europa con entrenadores yugoslavos. Algunos están en la más auténtica ruina económica,
hay un caso a 10 kilómetros de Barcelona[Joventut] y hay otro caso en Limoges. Y en competiciones españolas los yugoslavos no han ganado nada. No les quito mérito. Les tengo un gran respeto, pero tampoco se puede ser maximalista y decir que ellos son ,muy buenos y nosotros somos muy malos. Si me dice que el Olympiaskos ganó al Barça, le diré que el Olympiakos doblaba en presupuesto al Barcelona, que además llegó con la lesión de Andreu a la final. Pero es posible que el Olympialcos no repita tantas presencias en la final como el Barça. El ganarlas o perderlas tiene un componente de suerte y un componen te de otros factores, que no desvelaré, que hacen que se encaucen las victorias. Por- que si ganar la final four de París es ganar [Panathinaikos con Maljkovic], ¡que venga Dios y lo vea!
P. ¿No será que los técnicos españoles están acomplejados?
R. En absoluto. Respeto a los yugoslavos y tengo muy buenas relaciones, con Maljkovic, con Obradovic... aunque cuando llegó tuve un rifirrafe con él. Pero en España hay grandes técnicos. Los yugoslavos suelen manejar equipos con presupuestos muy importantes. Hay gentes como Salva Maldonado, Luis Casimiro, Pedro Martínez... Dales presupuestos de ese nivel y verás cómo los manejan.
P. Tal vez ellos tienen complejo de superioridad.
R. No, a lo mejor es que ellos venden mejor.
P. A la primera derrota en la Liga, contra el Caja San Fernando, ya se ha quejado de los arbitrajes.
R. Fue un arbitraje malo y se reptitió en el campo de la Penya. No le quito mérito a la victoria del Caja San Fernando, pero hubo un componente desequilibrador que no es normal: tres técnicas en los 17 primeros minutos. Por eso me quejé.
P. ¿No teme que los árbitros estén hasta el gorro de usted?
R. Ha habido cuatro partidos, me he quejado en uno. Es un 25%. Creo que es asumible.
P. Volviendo a la Euroliga, ¿se apuesta el bigote si la ganan?
R. No me lo apuesto. Digo que ganar una Euroliga sin duda vale afeitarse el bigote.
P. Y si no gana la Euroliga.
R. Tendré un disgusto. Pero no tengo dudas: si estamos en el Sant Jordi, ganaremos la Euroliga. Mis dudas están en el camino anterior. Es dificilísimo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.