El Albacete pone en aprietos al Rayo
El Albacete frenó la magnífica marcha del Rayo Vallecano en el estadio de la Comunidad de Madrid, donde todos los rivales que habían acudido habían perdido, e incluso dispuso de oportunidades suficientes en el tramo final para dar un disgusto aún mayor al conjunto de Yosu Ortuondo.El encuentro fue malo. Pese a ser dos aspirantes al ascenso de categoría, a disponer de hombres importantes en sus líneas, el respeto ahogó al fútbol de ataque. Los delanteros, casi desesperados, apenas recibieron balones en condiciones y así las oportunidades de gol claras fueron escasas.
La mejor llegó en el tiempo de prolongación cuando Jesús superó al guardameta Lopetegui en su salida, pero cuando el balón se disponía a entrar llegó el argentino Ameli y evitó el tanto que hubiera decidido el choque.
El dispositivo táctico impuesto por Luis Sánchez Duque en su retorno a Madrid se le atragantó al Rayo, en el que se echó en falta una mayor aportación como director del juego de Ezequiel Castillo.
La temprana lesión del capital rayista Cota obligó a Ortuondo a hacer variaciones tácticas y aunque pareció que la entrada del marroquí Abdellaoui daba más mordiente por la banda izquierda fue un espejismo. Para entonces el equipo vallecano ya había dispuesto de su mejor opción que no supo aprovechar el argentino Klimowicz.
Sánchez Duque y Ortuondo demostraron conocer muy bien al rival, pero éso no hizo sino incrementar el respeto, y eso que el Rayo Vallecano estaba con un equipo teóricamente muy ofensivo, pero le faltaba movilidad y rapidez y así facilitó la labor de los manchegos para robar balones y manejar el esférico.
El conjunto madrileño, pese a los cambios, se mostró impotente para superar el dispositivo albaceteño, más cuando el colegiado expulsó a Abdellaoui por segunda amonestación. La segunda por entender que había simulado una caída dentro del área. El Rayo, en cambio, reclamó el segundo penalti del encuentro.
Con un hombre más, el Albacete llegó más ante Julen Lopetegui, pero careció de la precisión necesaria ante un rival que ya tuvo que echar mano del coraje para intentar lo que no pudo y que se debió conformar con el tercer empate de la campaña.
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