Penev conduce al Compostela hasta la victoria

La lluvia de millones y fichajes de la Liga más cara del mundo no pasó ayer por San Lázaro. Jugaron en Santiago dos equipos casi sin caras nuevas, sin modificaciones de peso, con los mismos esquemas que emplearon en la temporada anterior. De no ser por la presencia inicial del ex valencianista Poyatos, en el Sporting nadie se hubiera enterado de que comenzaba una nueva competición. Además, el protagonista de la reunión también fue un viejo conocido, Penev, que consiguió entrar en el restringido club de los jugadores que alcanzan el centenar de goles. El búlgaro acaparó la noche: falló un penalti, marcó otro y sirvió en bandeja a Sion el tanto definitivo.

Penev, al filo del descanso, desperdició un penalti. Luego, cuando al partido tan sólo le quedaban diez minutos, en otra máxima pena, Penev ya no perdonó: no dudó en buscar el balón y ejecutar el penalti sin temblarle el pulso. Como si el fallo anterior no hubiera existido.

La reacción del Sporting tras el gol en contra fue paupérrima. Tampoco quedaba mucho tiempo, pero ni siquiera se esforzó por estirar algo sus líneas en busca del empate. Al Compostela le bastó para jugar como mejor sabe, al contragolpe, y sentenciar el partido con un gol del debutante Sion. Al menos al final sí que hubo un soplo de aire nuevo en San Lázaro.