Ambiente frio, fútbol prometedor

El frío clima ambiental dice que el derby del sábado, con el que se abre la Liga 1997-98, llega demasiado pronto. Por fútbol, sin embargo, este Madrid-Atlético no está fuera de fecha. Ambos conjuntos dejan la pretemporada en aparente buen estado. El Atlético, portador de un juego deslumbrante y goleador, ha sido la sensación del verano. El Madrid no tanto, pero su triunfo incontestable en la Supercopa le devolvió todo el crédito de equipo campeón. Aunque con menos peso, en la calle que otras veces, este derby promete.

Acoplamiento

Se apuntaba como el principal inconveniente del Atlético, pero el verano lo ha desmentido. Llegan los rojiblancos, pese a la lluvia de incorporaciones, con aspecto de bloque hecho y conjuntado. Mérito de Antic, que muestra una extraordinaria habilidad para armar con celeridad los equipos nuevos. El Madrid, como apenas se ha reforzado, no tenía entre sus asignaturas el acoplamiento.

Los sistemas

El Madrid de Heynckes difiere principalmente del de Capello por el centro del campo. El doble pivote ha sido sustituido por un pivote único y un media punta. El Atlético continúa con el dibujo del curso pasado (4-4-2), pero ha variado algunos rasgos: es mucho más veloz, ha retrocedido muchos metros la zona dónde acudir a. la presión y tiene en el contragolpe su mejor arma.

El centro de la defensa

Por asuntos diferentes, la zona central de la defensa se supone clave en ambos equipos para el sábado. En el Madrid no estará Hierro, un problema muy serio. Jugarán Sanchis y Karanka, que debe aprender aún a superar la carga ambiental. El Atlético parece haber encontrado una pareja fiable, Santi-Andrei, pero su caducidad está entre interrogantes por Prodan. Antic se resiste a tirar la toalla en su apuesta personal por el rumano, cuya titularidad es una amenaza permanente para el equipo.

Dudas de alineación

El Atlético podría 'no tenerlas, dada la solvencia del once que culminó la pretemporada ante el Inter, pero las tiene. Prodan puede quitarle el sitio a Andrei; Bejbl, a Vizcaíno, y Caminero, a Pantic. Heynckes, a priori, sólo conserva la interrogante del medio izquierda (Ze Roberto o Amavisca), aunque para este partido debe corregir dos de sus preferencias. Hierro dejará su sitio a Sanchis, y Redondo prestará el suyo a Jaime o Guti. La otra duda de Heynckes es más a largo plazo y afecta a Suker, al que ha amenazado con mandarle al banquillo si no se implica más en el juego del equipo.

Las bandas

Ambos equipos prometen explotarlas. El Madrid por la izquierda especialmente, donde Roberto Carlos y Ze Roberto se anuncian como una pareja letal. El Atlético no le irá a la zaga: Aguilera y Pantic, por la derecha, y Lardín y Geli (Antic ha sacado fuera del equipo a Toni), por la izquierda.

De cabeza

La pretemporada ha avanzado que el Madrid sigue sin resolver el aspecto que le mortificó en el curso pasado: los balones aéreos. La defensa sigue con problemas por arriba, aunque Karanka debe ayudar a rebajarlos. Los goles le siguen viniendo al Madrid por alto.

Raúl

Cuando se habla de un Madrid-Atlético siempre hay que mirar a Raúl. Es su partido, el que más le excita. Cuenta los derbies por majestuosas actuaciones. Y además ahora juega, gracias a Heynckes, en una posición más a su gusto, la media punta.

Juninho

Contra Raúl, el Atlético tiene a Juninho, uno de esos jugadores que por sí solos pueden acabar con el rival. El brasileño es la nueva joya del equipo. Falta por saber si formará sociedad con Kiko. Hasta que se resuelva la cuestión, el Atlético se reparte: a ratos se deja llevar por Kiko y a ratos por Juninho.

El gol

Seedorf, con mayor presencia ofensiva que en la era Capello, se ha unido al trío de jugadores que hasta ahora se repartía el gol, en el Madrid, Raúl, Suker y Mijatovic. En el Atlético, el gol puede llegar por cualquier lado, pero es Vieri el que tiene ese aspecto como obligación mayor. Y por ahora ha cumplido. Fue el máximo realizador de los rojiblancos durante la pretemporada.

El maleficio

Desde que llegó Radomir Antic, el Atlético ha perdido todos los partidos en los que se ha enfrentado al Madrid. Fuera y en casa; en cita oficial o amistosa. Y el dato, con pinta de maleficio, obsesiona al entrenador y a los jugadores más de lo recomendable. Por otra parte, eso sí, les multiplica las ganas.