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Cargas contra Antic

Los jugadores atacan al técnico a medida que dejan el Atlético

Las enrarecidas relaciones entre el vestuario del Atlético y su entrenador, Radomir Antic, desmentidas por el club a lo largo de toda la temporada, empiezan a asomar públicamente ahora. Algunos jugadores se han decidido a proclamarlas. "Mis relaciones con Antic no fueron buenas, ni sinceras", afirmó ayer Juan Eduardo Esnáider instantes después de firmar su finiquito con el Atlético, club al que deja para jugar en el Espanyol las próximas tres temporadas. Simeone y Biagini también cuestionaron al entrenador en días pasados.En los tres casos, tanto el de Esnáider, el de Simeone, como el de Biagini, coincide una circunstancia: todos dejan el Atlético. Un dato que reabre una rueda de preguntas obligadas. ¿Por qué han esperado a estar fuera del equipo para denunciar la situación? ¿Por qué no lo hicieron antes? ¿Por qué callan los jugadores que siguen en el Atlético? Cuestiones que dejan en mal lugar a los que hablan, aunque sus razones sean del todo poderosas: Radomir Antic descuidó su relación con el vestuario, un grupo que tiene la certeza de que el entrenador no fue nunca de frente.

El roce Esnáider-Antic fue el más palpable. El día que el Atlético fue eliminado de la Liga de Campeones ante el Ajax, el futbolista insultó al técnico por su sustitución, con millones de telespectadores de testigo. Intentó apartarle del equipo, pero el vestuario lo frenó y el conflicto se resolvió finalmente en el despacho de Miguel Ángel Gil Marín. Se firmó una paz de mentira: el jugador ya tenía una cruz puesta por el técnico. Esnáider guardó silencio. Hasta que hace unos días se confirmó su baja. Entonces inició el ataque al preparador. Y ayer insistió: "No ha sido sincero ni conmigo ni con otros muchos compañeros. Seguirán cayendo jugadores".

Lo de Biagini, que también se mostró decepcionado por la actitud de Antic, podría explicarse por el clásico enfado del que no juega. Pero cuando los ataques proceden de titulares y suplentes esa explicación pierde fuerza. Porque Simeone, titular indiscutible, también cargó contra Antic nada más comprometerse con el Inter de Milán. "Me voy por Antic", afirmó en una declaraciones que incluían otro buen paquete de reproches.

Había guerra Antic-vestuario. Y los jugadores la perdieron. Su problema fue no saber pelear de forma conjunta y no individual una batalla que afectaba a todo el grupo. Tal vez por eso, Antic sigue. Tal vez por eso, Simeone, Esnáider, Biagini y los que vengan, no seguirán.

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