La mística frente a la tradición
El Betis y el Barça se enfrentan en un partido de pronóstico incierto y ambiente apasionado
Hay algo misterioso en la Copa, un torneo mal diseñado en España, pero con una capacidad de atracción que se hará bien visible esta noche en Chamartín (21.00, TVE-1), donde el Barça y el Betis librarán un duelo apasionante. La mística del equipo andaluz frente a la tradición del club azulgrana, bajo el aliento de 100.000 hinchas, en un día a medio camino entre la fiesta y la celebración pura del fútbol. Porque en la final de Copa todo es excesivo y dramático: no hay camino de retorno para los equipos. Esta situación extrema es la esencia máxima del juego, más aún cuando se enfrentan dos equipos magníficos.Han pasado 20 años desde la última final protagonizada por el Betis. Aquella se celebró apenas unos días después de las primeras elecciones democráticas, con dos equipos -Athletic y Betis- de gran arraigo social, que venían a simbolizar de alguna manera el curso de aquellos tiempos. Ganó el Betis y desde entonces aquella final permanece en la memoria de su hinchada. Vuelven 20 años después los béticos a Madrid. La misma marcha verde, el mismo entusiasmo, la misma clase de equipo: sólido, funcional y con el punto de ingenio que entonces proporcionaban Cardeñosa, Megido y Anzarda y que ahora ofrecen Alfonso, Finidi y Jarni.
Enfrente, el Barça, sometido todavía al síndrome Ronaldo. Hay una sensación de desamparo ante la ausencia del goleador brasileño, el hombre que tantas veces ha acudido al rescate de su equipo, con una puntualidad casi milagrosa. Pero Ronaldo no estará en Chamartín y probablemente nunca más con el Barca. Resulta contradictorio, pero real, que un equipo que cuenta con una plantilla espectacular se encuentre sometido a la dependencia con un jugador. El asunto de su fichaje por el Inter ha mediatizado todo lo que ocurre en el Barça, dentro y fuera del campo.
Cualquiera que sea la opinión del presidente Núñez sobre la temporada de su equipo, que él considera espléndida, la realidad es que el Barça llega a la final en un estado de provisionalidad. Se va Robson, un entrenador que nunca ha estado a altura de la magnitud del equipo, se anuncian elecciones, se asiste con preocupación a la posible despedida de Guardiola y se asume de mala gana la ausencia de Ronaldo. En este sentido, el Barca llega con demasiados lastres. Pero la calidad de sus jugadores está fuera de duda y tampoco se discute la tradición ganadora de los azulgrana.
Como es natural en un fútbol tan convulsivo, el Betis también ha vivido algún sobresalto. Las diferencias entre el presidente Lopera y el entrenador Serra Ferrer no son la mejor noticia para el equipo. También resulta sospechosa la mediocre trayectoria en el último cuarto de la temporada, una caída de tensión producida en gran parte por la imposibilidad de alcanzar un puesto para la próxima Copa de Europa. Sin otro objetivo que la final de Copa, el Betis ha terminado la Liga de forma perezosa. Cualquier posibilidad del equipo andaluz pasa por la recuperación de su habitual energía. Por supuesto que la motivación está asegurada por el simple dato de jugar la final, pero muchas veces se hace difícil retomar la cohesión de un equipo después de un largo periodo de atonía.
Desde el lado futbolístico, la final presenta aspectos muy atractivos. El Betis saca provecho como nadie de sus dos extremos, Finidi y Jarni. Cada uno con su estilo resulta decisivo en el juego de un equipo que tiene bastante solvencia defensiva y cuenta con el extraordinario ingenio de Alfonso en el ataque. Por sus características -regateador, inteligente para retrasarse y sacar a los defensas fuera de su elemento- Alfonso es una amenaza muy seria para unos centrales poderosos, pero con algunos problemas de cintura y de organización.
El Barça dispone de munición suficiente como para batir a cualquiera. Es favorito, aunque no ha sido un equipo fiable durante la temporada. Dos jugadores tendrán una gran responsabilidad en el ejercicio azulgrana: Guardiola y De la Peña. Guardiola se medirá con Alexis, un jugador excelente, del mismo corte que el barcelonista, aunque de menos rango. El viento soplará de un lado o de otro según quien gane esta pugna particular. De la Peña tiene la capacidad de desequilibrio para comprometer a Merino (probablemente su marcador) y los defensores béticos.
Si en el capítulo futbolístico, la final está llena de matices, en el aspecto anímico habrá superioridad bética. 60.000 hinchas andaluces acudirán al partido. Lo harán como iluminados, con la vieja mística que procuran los colores de un equipo que pretende repetir la hazaña de la final de 1977. Pero enfrente está el Barça y el peso de su historia ganadora.
Alineaciones
Barcelona: Baía; Ferrer, Abelardo, Couto, Sergi; Guardiola, lván de la Peña; Figo, Luis Enrique, Stoichkov y Pizzi.
Betis: Jaro; Nadj, Ríos, Vidakovic, Olías; Finidi, Merino, Alexis, Jarni, Cañas; y Alfonso.
Árbitro: Ansuategui.
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