Linares (1-0)

Antonio Celiá, presidente del Club Equus, de Inca (Mallorca), define así la situación de su equipo ante el duelo internauta con el campeón Kaspárov: "Somos un club que tiene un largo camino que recorrer todavía. Nuestros jugadores tienen mucho que aprender y muchas partidas que batallar en el futuro. En eso estamos y ésa es nuestra ilusión, que estos días se ha visto acrecentada por la oportunidad sin igual que nos ha proporcionado EL PAÍS de participar en el torneo".

Luis Manuel y José Luis Muñoz, padre e hijo, hicieron sudar tinta al campeón durante casi toda la tarde. Harto de sufrir, Kaspárov se concentró en esa partida y apretó las clavijas frente a unos adversarios tenaces. Ambos son muy conocidos en Chile como jugadores y publicistas: "Nací con el ajedrez ya que mi padre es fanático del juego y de la ciencia. He logrado triunfos a nivel local, en campeonatos provinciales y regionales", indica José Luis.

Paradojas de la vida. El representante del país más avanzado tecnológicamente fue el único que sufrió la gran frustración de no poder jugar por problemas técnicos, que terminaron por hacerse insalvables. José Clemente Vivanco, cubano de 67 años, residente en Miami, pasó ayer un mal rato al contar a sus oyentes del programa El Sabelotodo que no pudo enfrentare al campeón. Pero seguirá siendo militante acérrimo de Internet.

Cuatro estudiantes de diferentes países que disfrutan en el Reino Unido de la beca Erasmus, concedida por la Unión Europea, formaron ayer un correoso equipo contra el campeón ruso. El español Juan Gelabert, el italiano Marco Sacco, el alemán Matthias Hausser y el británico Christian Biggi comparten residencia universitaria y una gran afición al ajedrez. Sin duda habrá aumentado desde ayer, a pesar de la derrota.

Desde su Camarón Mestizo, hipermercado para mayoristas, el mexicano Hugo Alejandro Balam dejó ayer sus negocios durante cuatro horas para cultivar su doble afición a Internet y el ajedrez. Tenía otro trabajo que hacer: enfrente tenía a una leyenda viviente. Balam promueve la creación de bases de datos que contendrán cientos de miles de partidas, un material de valor incalculable. Una de ellas será la que jugó contra Kaspárov.

La otra heroicidad de la arde fue protagonizada por el club multinacional Europchess, compuesto por funcionarios de la Unión Europea en Bruselas y Luxemburgo. Los triunfadores, así hay que considerarlo porque pocos seres humanos han empatado con Gari Kaspárov, fueron Santiago del Pino, Jens Frederiksen, Ronny Bone y Luis García Alonso. Fueron valientes y muy activos para contrarrestar la ventaja de espacio de Kaspárov.

El navarro Raúl Álvaro, estudiante de Informática en la Universidad de Sydney, de 20 años, tuvo la mala fortuna de cometer un error en las primeras jugadas. No era el mejor momento para permitirse un fallo. Evidentemente, Kaspárov no perdona y el pamplonica quedó en posición desesperada. Pero conservará siempre el recuerdo de haber endulzado su ausencia en los Sanfermines con la lucha frente a Kaspárov.

El pabellón ilerdense estuvo muy bien representado por Guillem Baches, de 17 años, campeón juvenil de Cataluña y con la experiencia de varios Campeonatos del Mundo infantiles, Era la hora de apreciar su talento frente al ruso. "Baches es una de as grandes esperanzas del ajedrez español", dijo recientemente el gran maestro José Luis Fernández. El catalán confirmó las esperanzas depositadas en él: fue el último en terminar la partida y rozó el empate.

El entusiasta veterano Pedro Guerrero, de 44 años, expresidente de Bolsa de Madrid, era rival de cuidado: fue el único que hizo tablas hace un mes con la húngara Judit Polgar, la mejor ajedrecista del mundo, en las simultáneas que ésta dio en Madrid. Su actuación confirmó las expectativas que se habían creado. Pedro Guerrero presentó una dura resistencia (53 jugadas) hasta que su posición le obligó a claudicar.

La revista electrónica web presentó un equipo de cinco jugadores presididos por José Ángel Martos, de 30 años, amante de ajedrez y de Informática a partes iguales. Licenciado en Ciencias de la Información, fue campeón universitario de Cataluña en 1988. Se define como "consumidor de revistas de todo tipo y entusiasta del ajedrez". Martos tuvo que rendirse ante el poderío de Kaspárov.

Luis Blasco, de 25 años, es un todoterreno del ajedrez. Fundador del club de su ciudad, se ocupa de la tesorería y de la coordinación de las categorías inferiores, así como de entrenamiento de las jóvenes promesas. Además, tiene los títulos de árbitro y monitor, y es miembro del Comité de Competición de la Federación Madrileña. Por si todo eso fuera poco, colabora con Radio Villalba como presentador de un programa de música.

Ángel Jiménez, de 36 años, empleado de banca, quedó enganchado del ajedrez a los 9 años. Y no se conformó con jugar, ya que colabora con con prensa local y la Cadena SER, cubriendo los numerosos torneos internacionales que se celebran en Canarias. Jiménez cuenta así las dos hazañas que más satisfacción le producen: "Publiqué una entrevista de dos páginas con Kaspárov en El Día, y casi toqué el cielo cuando intervine en El Larguero, de la SER".

Sergio Altarriba, de 25 años, actual campeón provincial de Huesca, uno de los dos héroe de la jornada. Con un planteamiento muy correcto, fue valiente después para aplicar el viejo principio de que la mejor defensa es un buen contraataque. Lo hizo con todas las consecuencias y funcionó. Así obligó al campeón a aceptar una simplificación masiva de piezas que originó una posición de claro empate, irresoluble para Kaspárov. Un éxito histórico para el ajedrez oscense.

Jean Pierre Charalambos, de 25 años, catedrático de la Universidad Pontificia de Bogotá, sufrió ayer el inconveniente psicológico de afrontar problemas de conexión al principio de la partida. Una vez arreglados, contribuyó al elevado nivel medio de la exhibición y cumplió su gran sueño: "Jugar contra el gran Kaspárov y promover Internet, sinónimo de futuro".

Seleccionado inicialmente como suplente, Antonio Prados se incorporó a última hora como representante de Sevilla, una ciudad emblemática para el ajedrez (ningún aficionado olvidará nunca el Mundial de 1987) que no debía faltar en la lista de contrincantes de Kaspárov. Físico, de 31 años, Prados hizo tablas con Anatoli Kárpov en una exhibición celebrada en 1982. Esta vez tuvo que capitular ante el campeón mundial.