El Barça entrega el título
Un equipo que conoció el sábado por la noche su fatal destino, el descenso automático a la Segunda, ya inevitable, sacó ayer los colores al Barcelona: el Hércules, que descompuso al grupo azulgrana, le dio un baile (2-1) y le arrancó de cuajo todas sus opciones al título. El Madrid, en cambio, que empezaba a sudar por un final de Liga que amenazaba con despojarle un trofeo que acarició durante todo el año, despejó de un plumazo sus fantasmas. Aún no es matemático, pero el madridismo vuelve a sentirse campeón. Goleó al Extremadura en Chamartín y puso tierra de por medio con el Barca, ya a cinco puntos. A falta de dos jornadas para el final, no existen más combinaciones para el bando catalán: ganarlo todo y que el líder lo pierda todo. En caso contrario, el título irá a parar a las vitrinas del Bernabéu. La Liga ya es blanca, o casi.Echó de menos el Barça a Ronaldo, tan puntual siempre para apagar con sus goles todos los fuegos, pero su ausencia no sirve de coartada. Tampoco los efectos del revuelo formado con su frustrada renovación. Un equipo que quiere ser campeón no puede perder jamás ante el Hércules un choque tan decisivo. Y menos tras ponerse por delante en el duelo del Rico Pérez nada más empezar. El Hércules, pese al batacazo del anuncio de su descenso, se levantó, dio un vuelco al resultado y obligó a su rival a bordear la humillación.
El Madrid sí se pegó una fiesta. Y la saboreó como nunca, acostumbrado como estaba últimamente a fatalistas finales de campeonato. Un tempranero gol de Raúl ante el Extremadura ahorró nervios, pero no arregló los males del juego. En realidad, quien aupó al Madrid hasta la goleada (5-0) fueron las sabrosas y tranquilizadoras noticias que iba contando desde Alicante el simultáneo.
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