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Arenas alega que los acuerdos PP-IU son síntoma de "sanidad democrática"

La posibilidad de que los conservadores e Izquierda Unida vayan de la mano en determinados asuntos fue defendida ayer por dos ministros: en Cádiz, por el titular de Trabajo, Javier Arenas, quien afirmó que los acuerdos parlamentarios puntuales PP-IU son un síntoma de "sanidad democrática", y en Toledo, por el ministro de Administraciones Públicas, Marlano Rajoy, quien fue más allá y calificó de "absolutamente normales" los contactos entre dirigentes de ambas fuerzas políticas. Por su parte, el dirigente de IU Felipe Alcaraz puntualizó que "no ha habido ni habrá pactos ocultos con el Gobierno en el palacio de La Moncloa".

Arenas recordó que el PP mantiene un pacto de investidura que garantiza la gobernabilidad y la estabilidad política y social. "Lo que no quita que en determinadas votaciones podamos votar con cualquier fuerza democrática de la Cámara baja", explicó, "porque lo que sería insano es que el PSOE fuera el único que pudiera hablar con cualquier fuerza parlamentaria". Arenas agregó que "son cuestiones puntuales sobre asuntos que no van reflejados ni en los compromisos ideológicos ni en los idearios políticos".Por su parte, Rajoy calificó como "absolutamente normal" que haya reuniones entre dirigentes políticos. El titular de Administraciones Públicas, que no negó los contactos entre PP e IU, dijo tener la sensación de que "hay alguien a quien no le gusta demasiado que haya un Gobierno estable", informa Isabel Salvador.

Sin embargo, en el seno de IU las cosas se ven de muy distinta forma: "Esta semana me he sentido un poco mamporrera de la derecha, más que mujer dialogante de la izquierda", dijo ayer la diputada de IU Cristina Almeida en Santiago de Compostela, en relación con la polémica votación en el Congreso de la Ley del Fútbol, informa Primitivo Carbajo.

Almeida afirmó que su partido, Nueva Izquierda (NI), no rompió la disciplina de voto de la coalición, -"a lo mejor, teníamos que haberlo hecho" - por no considerarlo un asunto crucial, como puede, serlo la votación, la próxima semana, del acuerdo laboral entre patronal y sindicatos.

Aunque Almeida se mostró convencida de que en el seno de IU no se ha discutido ningún tipo de negociación con el PP, se lamentó de la situación creada. " No sé que sacamos, si es que sacamos algo, de este apoyo institucional [al PP]. No entiendo este empeño por sacar adelante cuestiones en las que no estamos metidos".

Más crítico se mostró su compañero Joan Saura, diputado de IU-IC, quien aseguró que "IU no puede aparecer salvando a un Gobierno de derechas como el PP".

En la misma línea opinó Diego López Garrido, secretario general de NI, quien cree que la coalición a la que pertenece su formación se coloca "desde hace tiempo más cerca de la derecha que de la izquierda social en problemas fundamentales para España". López Garrido, que acusó a Anguita de "deslealtad", citó como ejemplos las relaciones con los sindicatos, el rechazo al pacto de IU-PSOE en Galicia, o la ley del fútbol.

Desde los sindicatos mayoritarios, Antonio Gutiérrez, secretario general de CC OO, declaró a Servimedia que la existencia de pactos entre Anguita y el Gobierno sería algo "incomprensible". Anguita, dijo Gutiérrez, "tendrá que medir la responsabilidad con la que hace estas cosas y las consecuencias de esta actitud política". Cándido Méndez, secretario general de UGT, calificó los pactos como "algo inaudito" que "sumiría en la perplejidad y el desconcierto al electorado" de PP e IU.

En Murcia -informa Jose Rocamora- el diputado socialista Alfredo Pérez Rubalcaba declaró que los únicos pactos subterráneos que hay en la política española son los de José María Aznar y Julio Anguita, como demuestran los apoyos de Izquierda Unida al Gobierno del PP en temas clave.

Carta de Álvarez Cascos

El vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, remitió ayer la siguiente carta al director de EL PAÍS:

"Con el mejor espíritu deportivo, necesario en estas fechas para alentar el ímprobo esfuerzo de seguir confiando en el respeto a la verdad por parte de EL PAÍS cuando informa sobre el Gobierno, le dirijo estas líneas para evitar que mi silencio resulte cómplice de una nueva falsedad.

No he hablado con Julio Anguita desde mediados de abril, fecha en la que ocasionalmente cruzamos unas palabras en los pasillos del Congreso para hablar de las fiestas de Córdoba en mayo.

Este desmentido tuve ocasión de transmitírselo en dos ocasiones a un redactor de EL PAÍS que contrastó conmigo la noticia de las supuestas entrevistas.

Por lo tanto, todo cuanto se dice sobre el contenido de unas conversaciones que nunca tuvieron lugar, lo dejo al buen juicio del lector imparcial que se pregunte, una vez más, el por qué de esta nueva información falsa de EL PAÍS en tomo a la actividad y los planes del Gobierno".

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