El Sporting asoma la cabeza
El Hércules, al borde del descenso
A trancas y barrancas, el Sporting va asomando la cabeza en Primera. Sigue siendo un equipo corto de juego, pero con un plus de confianza y de suerte, que sólo dan los buenos resultados. Archivada la era Floro, con sus teorías y juegos de artificio, el Sporting se ha entregado a la lógica de Miguel Montes, un gijonés al que le ha llegado la oportunidad de su vida con 57 años. Montes, salvando las distancias, puede ser al Sporting lo que Arsenio al Deportivo: un hombre razona ble, que antepone la mano izquierda y el sentido común a los enrevesados tratados futbolísticos. Con eso y una dosis de fortuna, el Sporting vive.El Hércules firmó ayer su descenso en Gijón, aunque no de forma matemática. Luchó contra su destino, tuvo alguna opción, pero en el fondo dejó el poso de un equipo limitado y formado a impulsos. Aguantó mientras el Sporting estuvo ciego ante la puerta del príncipe Rufai, pero tuvo pocos argumentos después. Frente a un rival tembloroso, agarrotado por la responsabilidad, el Hércules no pasó de ser un grupo ordenado y animoso. Al Final, quizá lo único que separó a los dos contendientes de ayer fue el factor campo, con todo lo que eso significa en el fútbol español.
El Molinón presentó la mejor entrada de la temporada. Una vez más, la afición gijonesa se ha concienciado de lo que estaba en juego. Eliminado el factor que separaba a equipo y afición, Benito Floro, ahora todos chutan en la misma dirección. Ese apoyo no fue suficiente para que el Sporting se mostrase seguro. Ni siquiera la vuelta de Lediajov, tras su sanción, cambió el pesado registro rojiblanco. Pero bastó una aparición del ruso para abrir el melón, tras conectar con otro buen pelotero, Tomás.
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